lunes, 23 de febrero de 2009

Un horizonte de latidos...

Se hizo un silencio transparente y avanzo hacia mi; de pelo negro y rizado, cejas pobladas, ojos oscuros y amplia sonrisa, Beatriz Paredes llego a la cita ataviada con un traje de algodón blanco. Era temprano, y el día aun reposaba. Su voz irrumpió nuestro espacio, voz bronca, acostumbrada a mandar y a hacerse oír. Beatriz Paredes ha escalado peldaños sin perder el ritmo: socióloga egresada de la UNAM, fue Gobernadora de Tlaxcala en 1987 y en 1993, Embajadora de México en Cuba. En el 2001 asumió la Presidencia de la Cámara de Diputados y desde el 2007 es la Presidenta del PRI.

Nos sentamos a conversar como viejos amigos, aunque nos acabábamos de conocer. “Los amigos no se conocen, solo se re-conocen” me dijo y no he olvidado su cita halagadora. Agradecí el cumplido y nuestro espíritu guerrero bajo la guardia y se desataron las lenguas, como señales de lumbre, como flechas verbales encendidas. Sus aseveraciones han sido como oráculos. Hablamos de su oposición hacia la reforma petrolera, de los principios que deben regir una reforma de energéticos en nuestro país, de la sobrevivencia del PRI, de la necesidad de la transparencia política, del compromiso social del gobierno mexicano con el campo y de los ángulos diversos que deben contemplarse para enfrentar a una crisis continua que ha sufrido México y que ha agotado nuestra capacidad de asombro. Cuanto tiempo conversamos? Lo ignoro, con Beatriz Paredes no tiene fin el tiempo; nuestras voces se perdieron en vericuetos diversos y cruzaron puertas que no conducían a salida alguna y que tampoco intentamos cruzar. Beatriz Paredes es una conversadora extraordinaria, combina el anécdota del día a día, con la cita textual precisa sin tregua alguna. Al despedirnos, sentí su mano firme y cálida y entendí el mensaje: Beatriz nada en un rio que violento atraviesa y se desborda hasta alcanzar un horizonte de latidos y pasiones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario