sábado, 31 de octubre de 2009

Siempre en Domingo...

Somos un agujero en medio del mar y el cielo
quinientos años después
una raza encendida
negra, blanca y taína
¿pero quién descubrió a quién?

 

La noche era tibia y ruidosa; una luna descalza alumbraba con timidez aquellas figuras esbeltas, de estrechas cinturas y curvilíneas caderas, pertenecientes a la estirpe de una “una raza encendida”  que transitaban por las abigarradas calles del Centro Colonial de Santo Domingo; era un miércoles, pero allá en Dominicana como su nombre lo indica, siempre es Domingo. La noche se escurría por los poros y olía a merengue, a melao, a cebollita caramelizada, a albahaca, a canela,  haciendo una mixtura única y sabrosa.

Santo Domingo de Guzman, es la primera ciudad americana, fundada en 1496 por Bartolomé Colon al margen del Rio Ozama; una ciudad que carga a cuestas un profundo pasado histórico asociado al “descubrimiento” o más bien, al encuentro entre dos mundos y que encarna en su vida cotidiana la aplicación del discurso de lo real-maravilloso derivado de la época de la Conquista del Continente Americano.

Sin prisa alguna, inicié mi recorrido por las callejuelas del Centro Colonial;  empecé con la Catedral Primada de América, subí las escalinatas de las ruinas del Monasterio de San Francisco y tome algunas fotos exteriores del Museo de las Casas Reales. Al llegar al Parque Colon,  me senté a saborear un helado de mango y a contemplar las luces encendidas de las farolas proyectando sombras de figuras en tránsito continuo entre las baldosas.

Eran casi las nueve de la noche cuando me dirigí al Alcázar de Colon, el enorme palacio que una vez fuera la residencia de Don Diego Colon, hijo de Cristóbal Colon y su esposa, Maria de Toledo. De acuerdo con una placa que aun cuelga en el exterior, la construcción se inicio en 1511; de singular estilo Gótico, el Alcázar es una muestra de la hibridez y el eclecticismo en la Arquitectura de la Colonia; el majestuoso edificio incorpora algunos detalles producto de la transición entre el Medievo y el Renacimiento, específicamente por la forma y disposición de sus arcos;  asimismo, es evidente la influencia Isabelina por el detalle de las borlas que constituyen sus únicos adornos. Me impresionó el brillo de la mampostería de rocas coralinas que a pesar de los embates de huracanes y del tiempo,  continúan preservando su belleza.

Cansado, tomé un taxi en la calle, que me conduciría de regreso al Hotel Jaragua donde me hospedaba, ese sitio legendario y maravilloso en donde Mario Vargas Llosa, ubica el inicio de su novela La Fiesta del Chivo; “Por cuanto me lleva al Hotel Jaragua?” pregunté al conductor. “Por cuatrocientos pesos” respondió de inmediato aquel mulato corpulento de sonrisa blanquísima. “Cuatrocientos?” inquirí molesto, “pero si esta tarde me cobraron doscientos pesos, del hotel al centro”.  “Señor, acuérdese que todo sube, deme pues los trescientos” dijo el chofer sonriendo. Abrí la puerta y subí al auto; en el radio oí las notas alegres de un Merengue de Juan Luis Guerra, que decía:

 

El costo de la vida sube otra vez
el peso que baja, ya ni se ve
y las habichuelas no se pueden comer
ni una libra de arroz, ni una cuarta e café
a nadie le importa qué piensa usted
será porque aquí no hablamos inglés …

 

sábado, 24 de octubre de 2009

Una voz antigua de viento y de sal.

Como todos los sábados, me levanté con la ilusión de caminar a la orilla del mar, ese espejo plural que forma parte de mi vida cotidiana de cada fin de semana; soy feliz viendo como las olas vienen y van trayéndome astillas de memorias y llevándose entre su espuma fantasmas que desecho. Nada como exorcizar alegrías y nostalgias en el mar. Tenía yo seis años cuando lo vi por primera vez; mi abuela me llevó de la mano expresamente a ver el mar. La fuerza de las olas esbeltas y ligeras, su color azul turquesa y “esa voz antigua de viento y de sal”  fueron imágenes visuales y auditivas que se impregnaron en mi, para siempre. Al observar de reojo mi fascinación, mi abuela me regaló un caracol, lo acercó a mi oído y me dijo:”con él, escucharas siempre el rumor del mar”. Y ahí, frente a la playa Miramar, nos sentamos sobre la arena y me contó una historia que no he podido olvidar: la historia de Alfonsina y el mar. Este 25 de Octubre, Alfonsina Storni cumple setenta y un año de haberse arrojado desde una escollera al mar, para ver a la muerte cara a cara.

Nacida el 29 de mayo en Sala Capriasca, Suiza, en 1892, junto con su familia emigró a Argentina a los cuatro años de edad. La obra de Storni se distingue por el tono apasionado con el que canta al amor, para descubrir el mundo intimista de la mujer. Al igual que mi abuela, Alfonsina fue maestra de Literatura, y desde muy joven empezó a escribir y publicar sus poemas en revistas literarias de Rosario, Argentina. En 1911, conoce a un hombre del ambiente periodístico, con quien tuvo un romance que duro poco; posteriormente a su ruptura amorosa, renuncia a su puesto y se traslada a Buenos Aires, con un hijo que venía en camino. Poco después del nacimiento de Alejandro, su único descendiente, el Consejo Nacional de Educación le otorga una plaza de maestra y desde entonces divide su ocupación entre la enseñanza y las cátedras de declamación; en 1916, comenzó a frecuentar círculos literarios, conociendo a Federico Garcia Lorca, Horacio Quiroga y Gabriela Mistral; en ese mismo año publica La inquietud del rosal, libro con que inicia su ciclo poético; entre sus obras principales destacan El dulce diario, Antología Poética y Poemas de amor. Su libro Languidez le hace merecedora del Premio Nacional de Literatura, colaborando en importantes revistas como Nosotros, La crítica y en el periódico La nación; en 1935 le fue detectado cáncer de mama, y aunque fue operada, continuó con padecimientos. El suicidio de sus amigos, Horacio Quiroga y Leopoldo Lugones le produce una gran depresión y en 1938, compra un boleto de ida a Mar del Plata y desde ahí, escribe una carta a su hijo y un poema de despedida, titulado Voy a dormir que envía por correo a La nación. El 25 de Octubre de 1938 salta hacia el mar; su historia, ha trascendido a partir de su obra poética y por la popularidad de una composición de Ariel Ramirez y Felix Luna, basada en su poema póstumo. La canción Alfonsina y el mar ha sido interpretada por varios artistas, destacando la versión de la inolvidable Mercedes Sosa. Les incluyo su último poema y el link de la canción Alfonsina y el mar.

 

Voy a dormir

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas, bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides... Gracias... Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.

 

 

http://www.youtube.com/watch?v=RVWiwGby5F0

 

 

 

 

sábado, 17 de octubre de 2009

Coltán, el oro azul en Venezuela.

Leí la noticia y pensé de inmediato en las  implicaciones políticas y económicas: “Encuentran importante yacimiento de coltán en Venezuela”. También llamado oro azul, el coltán responde a la contracción de dos minerales: la columbita, óxido de niobio con hierro y manganeso (Fe, Mn), Nb2O6 y la tantalita, óxido de tántalo con hierro y manganeso (Fe, Mn), Ta2. Estos óxidos constituyen una solución sólida completa entre ambos minerales; son escasos en la naturaleza y un claro ejemplo de cómo el avance tecnológico contribuye a que simples curiosidades mineralógicas sean materiales estratégicos, debido a sus nuevas aplicaciones.

El coltán es fundamental para el desarrollo de nuevas tecnologías: telefonía móvil, fabricación de computadoras, videojuegos, armas inteligentes, medicina (implantes), industria aeroespacial, levitación magnética, ente otras. Esto es debido a sus singulares propiedades, tales como superconductividad, carácter ultra-refractario (minerales capaces de soportar temperaturas muy elevadas), ser un capacitor (almacena carga eléctrica temporal y la libera cuando se necesita), alta resistencia a la corrosión y a la alteración en general, que incluso le hacen idóneo como material privilegiado para su uso extraterrestre en la Estación Espacial Internacional y en futuras plataformas y bases espaciales.

Los principales productores mundiales de coltán son Australia, Brasil, Canadá y algunos países africanos: República Popular del Congo, Ruanda y Etiopía, aunque sus reservas base son prácticamente desconocidas para todos ellos. Su explotación en África ha estado, y está, ligada a conflictos bélicos para conseguir el control de este material, condiciones de explotación en régimen de semi-esclavitud, desastres del medio ambiente con gravísimas repercusiones en la fauna local de especies protegidas (gorilas, elefantes), e incluso a graves problemas de salud asociados con los arcaicos e infrahumanos métodos de explotación.

En mi conversación ocurrida años atrás con Jose Luis Cordeiro, reconocido escritor e intelectual venezolano, Presidente del la Sociedad Mundial del Futuro Venezuela, con motivo de la publicación de su libro El Desafío Latinoamericano. Hablamos sobre los retos de su país en educación, sociedad, economía, política y ecología e hicimos énfasis en su riqueza exorbitante en recursos naturales, así como de  sus contradicciones y paradojas. “ Venezuela tiene gas, petróleo, hierro, entre tantas bondades. El reto no es la abundancia de los recursos, sino la forma en que estos son  administrados ” dijo Cordeiro. La noticia del enorme yacimiento de coltán en Venezuela me preocupa, más que alegrarme, porque anticipo la explotación ilegal, la creación de un mayor abismo entre los que tienen y los que no tienen, la corrupción de la actual administración, las envidias de las potencias poderosas, y la destrucción ecológica. No es que sea apocalíptico; he vivido lo suficiente y he sido testigo de la increíble y triste historia de un continente y sus dictadores desalmados.  

 

 

 

 

viernes, 9 de octubre de 2009

Ni que fueran enchiladas...

Usualmente en México, cuando hablamos de realizar alguna tarea difícil, utilizamos una expresión que dice, “Hmm hacer ese trabajo es muy complicado, ni que fueran enchiladas”. La última vez que intenté hacer enchiladas en casa a petición de unos invitados,  me di cuenta de cuán alejada de la verdad está esa aseveración: además freír las tortillas, rallar el queso, hervir previamente el pollo, agregándole ajo, sal y cebolla, y después esperar a que enfríe para deshebrar con paciencia y pulcritud las pechugas, y en paralelo hacer la salsa (roja o verde) previo cocimiento de los tomates o tomatillos, con la cebolla, el chile, y una pizca de sal, moler estos ingredientes en la licuadora, para después colar la salsa quitándole las semillas, y casi para terminar, agregar cilantro finamente picado; el proceso termina una vez que tomamos la tortilla frita, cuidando que esté caliente para poderla doblar, rellenarla con el pollo deshebrado, bañarla generosamente de salsa, espolvorearle el queso y agregarle la crema. Este es un proceso complicado e injustamente tachado como una tarea fácil.  ¿Sera esta apreciación tan peyorativa, producto de la ignorancia? ¿Será otro ejemplo más del desdén que sentimos por las labores domesticas? No lo sé con certeza, pero si se que el trabajo de Carla Estrada, como productora de televisión, ha sido aun mas retador y complicado que elaborar las dificultosas enchiladas.

 

Egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, en la ciudad de México, incursionó en Televisa a inicios de los ochenta, en el mundo de la producción televisiva, ocupado en esa época solamente por hombres; fue la primer mujer en ocupar el puesto de productora, enfrentando los consabidos obstáculos y las dudas sobre su capacidad de liderazgo; Carla recuerda que hubo actores y actrices se rehusaban a trabajar con ella,  porque era mujer y por lo tanto carecía de poder y experiencia; ha mencionado además que fue blanco de las burlas de los equipos técnicos y de algunos de sus colegas. Sin embargo, por la calidad de su trabajo, ha alcanzado  el reconocimiento y el éxito. Arriesgada siempre y buscando nuevos caminos de expresión en sus producciones, su trabajo se ha centrado principalmente en las telenovelas, logrando hacer una escuela sobre todo en las llamadas series de “época”; tal vez su logro más sobresaliente es que ha integrado un equipo de trabajo que ha mantenido unido por más de veinte años, cuidando que cada proyecto que cae en sus manos, salga con la calidad y la excelencia que les ha caracterizado en todo este tiempo.

 

Conversé con Carla en Septiembre de 2007 cuando acudió, invitada por la Cámara de Comercio México-EEUU en Miami para recibir un Reconocimiento por su trayectoria. “Me siento muy afortunada, dijo, orgullosa y comprometida con México y con esta ciudad que ha abierto sus puertas a tantos extranjeros; Miami es una ciudad generosa y se ha convertido en un sitio multinacional, destino de tantos como yo, que buscamos una oportunidad para demostrar nuestras habilidades y capacidades.” “Me alegra mucho que te den un premio fuera de nuestro país”, le comente, “porque implica que eres vista y reconocida desde una perspectiva más amplia”. “Efectivamente”, afirmó “en un principio fue difícil, porque me toco abrir espacios, pero afortunadamente vivimos en otra época, en donde las barreras del genero ya no son tema de discusión”. Estoy de acuerdo con Carla; hemos roto las expectativas de los roles que debemos jugar. He decidido que además de trabajar y escribir, voy incursionar y a experimentar en la cocina; hay mucho terreno en común entre escribir y cocinar: ambas actividades fomentan el espíritu creativo que nos salva del pensamiento ocioso; después de todo, hay una gran cantidad de expresiones y refranes que la gente dice refiriéndose al acontecer cotidiano y la comida, que son sujetas a comprobación por parte de lingüistas obsesivo-compulsivos como yo: “de lengua, me como un plato”, “del plato a la boca, se cae la sopa”, “ esta sopa no tiene madre, es hija de una vecina“, “en todos lados se cuecen habas”, “esos son garbanzos de a libra”,  “ tan fácil como decir Lupe, enchílame otra gorda”  y hay una particularmente con la que voy a empezar: “eres ajonjolí de todos los moles”. En las siguientes semanas, probare la validez del uso del  ajonjolí como ingrediente principal en las múltiples versiones coloridas del mole mexicano.

 

 

 

 

sábado, 3 de octubre de 2009

El hechizo de Rio.

Es bella entre las bellas, y por eso ganó! A cidade maravilhosa, Sao Sebastiao do Rio de Janeiro, la segunda ciudad más poblada de Brasil, será la sede de los XXXI Juegos Olímpicos de 2016 y los cariocas salieron a las calles, parques, y playas de la ciudad a celebrar su triunfo sobre Madrid, Tokio y Chicago. Chicago contaba con el encanto de Michelle Obama quien fue la primer celebridad que llegó a Dinamarca a tratar de empujar la elección de su ciudad; días después, aterrizó su marido, Barack Obama primer Presidente Americano en acudir a una ceremonia de votación del COI. Tokio se respaldaba en su poderío financiero y contó con la presencia de Yukio Hatoyama, Primer Ministro de Japón, quien acaba de asumir cargo hace escasas dos semanas; Madrid confiaba en la influencia de su antiguo Presidente del Comité Organizador de los Juegos, Juan Antonio Samaranch, y acudieron además el Rey Juan Carlos de Borbón y Jose Luis Rodriguez Zapatero, Primer Ministro de España. A Rio de Janeiro lo apoyó el carisma de Luis Inacio (Lula) da Silva y la legendaria figura de Pele; fundamentalmente el encanto natural de la ciudad y el argumento de que Sudamérica jamás había hospedado Juegos Olímpicos fueron las razones de mayor peso. “Los otros países presentaron propuestas, nosotros el corazón y el alma” afirmó Lula quien consideró que este triunfo marca al día de la elección, como un día sagrado para los brasileños. Haciendo caso omiso a “los riesgos” de inseguridad, falta de infraestructura, ausencia de limpieza y demás criticas presentadas por los medios norteamericanos principalmente, el Comité Olímpico Internacional dio sus sesenta y seis votos que definieron el triunfo de Rio en Copenhague.

 

He viajado por las cuatro ciudades: Rio de Janeiro, Chicago, Madrid y Tokio; compararlas es como comparar peras, manzanas, melones y mangos. Rio es un mango dulce y sabroso; lugar de hechizo, con bellos espacios abiertos; su mar, el cielo y sus montañas, deslumbran. Mis primeras visitas a la ciudad maravilla obedecían a razones de negocios; al lado de un empresario, desde su helicóptero, pude apreciar el encanto del color turquesa del mar en sus playas de Copacabana e Ipanema, nos detuvimos por instantes allá en el aire, para contemplar los detalles de la estatua gigante de Cristo Redentor sobre el Cerro del Corcovado, después bajamos a tierra para tomar el teleférico del  Pao de Azúcar, una experiencia que exhibe sin pudor las entrañas de la ciudad, y finalmente volvimos a volar para recorrer el majestuoso estadio de futbol de Maracaná, uno de los más grandes del mundo; mis visitas posteriores, ocurridas en los últimos cinco años tuvieron otra faceta: buscar apoyo entre grupos empresariales para establecer “Esperanza sin Límite” un orfanato que recogería a los niños de las calles de Brasil, para evitarles los riesgos de ser prostituidos, caer en venta y consumo de drogas o ser finalmente asesinados por grupos paramilitares que operaban durante las madrugada en las calles exterminando inocentes, en esa ciudad sin límites. Conocí y camine por la “otra cara” de Rio, y recorrí sus favelas, me entreviste con algunos de sus habitantes que vivían hacinados en pequeñas casas de materiales inusitados: plástico, lamina vieja y cartón; me dio escalofrió atestiguar los efectos devastadores de la miseria, especialmente en los niños que desde temprana edad experimentan la violencia, el abuso, la delincuencia, las enfermedades, la desnutrición y el hambre.

 

Pero esas realidades, afortunadamente están en camino de pasar a la historia; afortunadamente Brasil se ha insertado en otra época y en otro nivel de desarrollo: “Nadie puede dudar de la fortaleza de la economía brasileña y de su grandeza social” dijo emocionado Lula en conferencia de prensa, con lagrimas en los ojos, una vez anunciada la decisión. Rio es la ciudad símbolo de una economía emergente que ya no puede ocultar el brillo de la esperanza, reflejo de país que despunta entre una serie de gigantes que dormían pero que han despertado a participar en la nueva economía global: China, Rusia, e India. Tal vez por estar prejuiciado y ser un latino, me quedo con Brasil y celebro su triunfo;  tengo unas inmensas ganas de regresar, de ponerme de nuevo mi camiseta azul, verde y amarillo con las letras de Brasil cerca de mi corazón, festejar y “sambear” junto con mis amigos brasileños, decirles que me emociona que los vientos en Brasil soplen a su favor, y que deseo que en el 2016 el mundo caiga bajo el hechizo de un pueblo que ha sonreído siempre.