jueves, 12 de febrero de 2009

Material World

But you made me feel

Yeah you made me feel

Shiny and new,  

Like a virgin… 

 

Como olvidar la primera emisión de la entrega de MTV Awards en 1984. Sobre un pastel de bodas, vestida de novia, envuelta en velos de tul y un cinturón con la hebilla  Boy Toy, cantando ”Like a Virgin”, Madonna se convertiría en el icono de la música pop en la historia contemporánea. La canción escrita por Billy Steinberg y Tom Kelly, llena de doble sentidos y alusiones sexuales, cuenta la historia de una chica que acaba de salir de una mala relación e inicia otra, que la hace sentir de nuevo, “como una virgen”. En la transmisión en vivo, Madonna se “olvida” de los ensayos y se tira al suelo revolcándose en el escenario, simulando la noche de bodas ante el desconcierto del director de cámaras. El impacto del escándalo  se reflejaría en las grandes ventas del sencillo de esa canción, desconocida hasta ese momento. A través de la reinvención en cada lanzamiento de un álbum y conjuntando su fuerza, visión y ambición, Madonna ha amasado una fortuna estimada en seiscientos de millones de dólares. Sin embargo, en octubre de 2008, enfrenta el inicio de una nueva batalla que pone el peligro parte de su fortuna. Unos días después de anunciar su separación, Madonna y Guy Ritchie intercambian declaraciones despiadadas y se anticipa un divorcio multimillonario. Madonna contrato a la prominente abogada Fiona Shackleton, ‘la magnolia de acero” famosa por sus temibles tácticas a la hora de negociar rupturas conyugales. Por su parte, Ritchie tiene de su lado a Helen Ward, cuyos servicios son conocidos por la agresividad. Ya ha habido acusaciones por ambas partes y recientemente apareció una foto de Rocco, el pequeño hijo de Madonna vestido con una camiseta de los Yankees, equipo en donde juega el supuesto amante de Madonna, Alex Rodriguez, recién divorciado, y que acaba de adquirir un apartamento a unas cuadras de la chica material, en Manhattan.

La tarde era lluviosa y el hambre arreciaba. El cielo parecía que se iba a caer, entre  los truenos y el agua que caía a borbotones. Estacione mi auto en la calle Miracle Way y camine hacia Houston’s, restaurant enclavado en la legendaria sección de Coral Gables, el corazón del área chic de Miami. Ubicado en la esquina de Ponce de Leon Blvd. y Miracle Way, el restaurant es famoso por sus cortes de carne, y su impecable servicio. Mi asistente, Brenda Alcaraz y yo pedimos una mesa y nos instalamos inmediatamente. Sin ver el menú ordenamos de inmediato: Clasic French Dip, ( a shaved prime rib served with au jus) y una papa al horno, “loaded”. El sitio, repleto a las dos de la tarde, parecía el refugio ideal para huir de la lluvia y el viento que azotaba esta tarde de otoño en Miami. Las mesitas apenas iluminadas por veladoras de cera liquida le daban al ambiente un toque romántico forzado. Los meseros enfundados en negros uniformes parecían figurines de revista de modas. Sonrientes y entrenados para lidiar a los exigentes comensales aparecían justo en el momento oportuno para llenar las copas de agua, sugerir alguna otra bebida o bien traer el platillo ordenado, a la temperatura correcta. A punto de empezar a comer, nuestra mesa vecina se ocupo. Dos hombres y una mujer se sentaron rápidamente. Ella, de pelo oscuro y corte a la “Victoria Beckham”, top y pantalón negro capri, ajustados. La mujer movía incesantemente sus manos al hablar y sus uñas de manicure francés brillaban tanto o más que los anillos Tiffany que llevaba en la mano izquierda, un solitario y una argolla matrimonial. Su pareja, un hombre de edad mediana llevaba ese “look” casual desaliñado, pelo spiky, barba sin afeitar, camiseta Burberry y en la mano izquierda un anillo similar a la mujer. El otro hombre era alto, moreno oscuro y ojos verdes, sonrisa amplia, torso y brazos que evidenciaban horas de gimnasio y dieta estricta. Vestía una camiseta Miuccia Prada sin cuello, azul acero  y un pantalón gris. La distancia entre las mesas impedía escuchar la conversación de los vecinos recién llegados, pero la fonética era inconfundible:  hablaban un Español caribeño. Ya viste quien está ahí? Dijo Brenda. “Ahí, en la mesa de al lado esta Alex Rodriguez, el de Madonna”.

Nacido el 27 de julio de 1975, Alexander Emmanuel “Alex” Rodriguez, dominicano-estadounidense y apodado A-Rod, es la tercera base de los Yankees de Nueva York y reconocido por muchos cronistas deportivos y fanáticos como el mejor jugador de beis bol. Recientemente, ha firmado el contrato más valioso en la historia de las grandes ligas. El acuerdo tiene una duración de diez años y está estimado en 275 millones de dólares con la oportunidad de ganar 30 millones adicionales, si sobrepasa las marcas estipuladas. Indudablemente su home run mas reciente es su supuesta relación con Madonna y la campaña mediática que se ha desatado. Al verlo salir, pasando a centímetros de nuestra mesa, nos pusimos de pie y lo saludamos. Estreche su mano y nos tomamos una foto literalmente instantánea. Segundos después, desapareció por la puerta de atrás del Houston’s. Nosotros habíamos terminado también nuestra cena. Salimos por la misma puerta que había usado Alex en su huida. Al salir a la calle después de saltar algunos charcos, llegue a mi auto, abrí la puerta. Si, debo admitir, irremediablemente…“We all live in a material world…”

Para aquellos nostálgicos, les incluyo la liga de aquella actuación inolvidable de Madonna en 1984.

 

 http://www.youtube.com/watch?v=XmPvf8NmLDA

 

 

 

 

 

 

 

 

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