jueves, 12 de febrero de 2009

"One World One Dream"

Sentí que me faltaba el aire. Habia subido infinidad de escalones. Un vértigo me hizo recargar al lado del barandal. El viento frio de octubre me ayudo a recobrar el aliento. Respire aire puro y exhale despacio.  La vista era espectacular: montañas verdes y aquellos muros que subían o bajaban de acuerdo con la dirección de mi mirada.

Llegue a Beijing la tarde anterior procedente de Chicago en un vuelo de quince horas. El viaje se hizo corto considerando las tres comidas servidas en el avión, las películas y los tragos que las azafatas  de China Air sirven a los pasajeros noctámbulos que como yo,  deambulan en la parte posterior del avión. La cocineta se convierte en un sitio de encuentro,  donde las copas,  la confusión de horarios, y el tiempo de ocio eliminan las barreras en otro lugar podrían dificultar la interacción; los pasajeros vencen las horas largas hablando; algunos inclusive intercambian correos electrónicos o teléfonos y se hacen promesas generalmente incumplidas, de mantenerse en contacto al llegar a su destino, o bien al regresar a su lugar de origen.

El avión aterrizo en punto de las 6 pm, justo  durante el tiempo de mayor tráfico en Beijing. Tome un taxi;  no había bicicletas en las calles sino autos de modelo reciente, cientos de grúas de construcción inundaban la ciudad; la gente se agrupaba en las esquinas esperando el cambio de luz, para cruzar las calles; el trayecto duro más de una hora hasta llegar al distrito de Dengshikou Dongcheng,  sitio en donde se ubica el Hotel Song He. El lobby del hotel tenía seis inmensas columnas de color  dorado con grandes dragones resaltados. Del alto techo colgaban delicadas figuras rojas tejidas con hilos de seda. En el comedor del hotel disfrute de una deliciosa cena: una sopa de anguila con berros y rucola, arroz blanco, pato lacado a la pekinesa y un té de jazmín; posteriormente camine por las inmediaciones del hotel, un par de cuadras a la redonda,  para estirar las piernas y cansarme un poco antes de dormir.

Al día siguiente, salí muy temprano a Badaling, municipio perteneciente al distrito de Yanqing, un espacio montañoso localizado en el Valle de Guan’gou, a una distancia de aproximadamente 70 kilómetros de Beijing, para recorrer una parte de la Gran Muralla. Considerada por la UNESCO patrimonio histórico de la humanidad y una de las grandes maravillas del mundo, la muralla fue construida en varias etapas, inicialmente por mandato de Quin Shi Huangdi, (259-210 a.C.), primer emperador de China y fundador de la dinastía Ch’in;  tiene una longitud de 6,400 kms que atraviesan montañas y ríos; muchas de las piedras que se emplearon miden más de dos metros y sobrepasan una tonelada de peso. La razón principal de su construcción fue  aislar y proteger al reino de las tribus nómadas, consideradas de inferior desarrollo; en la muralla se acuartelaban ejércitos que vigilaban día y noche y podían advertir a tiempo, invasiones indeseables.

Recargado en el barandal de la Gran Muralla, una vez repuesto del cansancio, observe a los miles de turistas que subían, tomaban un respiro o bajaban por las escalinatas, cuando de pronto mi vista se detuvo en un gran letrero luminoso colocado en una de las montañas de Badaling. El letrero decía: “One World, One Dream”  eslogan de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, que refleja sus valores de unidad, amistad, progreso, armonía, participación y sueños. No pude evitar sonreír por esta ironía.  En una edificación construida para aislar y dividir una región desarrollada del subdesarrollo, el letrero parecía totalmente fuera de contexto.

Suspire y me pregunte de pronto, que eslogan irán a colocar los constructores de la moderna muralla americana?  la edificación intenta proteger al país de sus vecinos del sur, al considerarlos “invasores indeseables”. Será esta muralla capaz de detener a los nómadas? En sus muros se acuartelan ya un ejército de patrullas que los cazan y deportan. Finalmente pensé con tristeza: Indudablemente la Historia se repite, primero como tragedia y después, como comedia…

 

                                                                                                                                            

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario