sábado, 22 de agosto de 2009

La delgada cintura de América...

La cintura de América se encuentra en Panamá; inaugurado el 15 de agosto de 1914, el Canal de Panamá ha acortado la distancia y los tiempos de comunicación marítima; proporciona una vía de tránsito corta y a precio razonable entre dos grandes océanos y para construir el Canal, se removieron mediante excavación, mas de 180 millones de metros cúbicos de tierra.

Del océano Atlántico al océano Pacífico, el Canal mide 80 kilómetros de largo; tiene una profundidad de 12.8 metros en el Atlántico y de 13.7 metros en el Pacífico; el ancho va de 91 a 300 metros en diferentes áreas. Posee dos puertos terminales, uno en cada océano; tres juegos de esclusas gemelas, Miraflores, Gatún y Pedro Miguel, y uno de los mayores lagos artificiales del mundo, el Gatún, que cubre 425 kilómetros cuadrados y se formó por una represa de tierra construida a través del cauce del río Chagres.

Llegué temprano a las Esclusas de Miraflores, ubicadas cerca de la ciudad de Panamá; recorrí el Centro de Visitantes en donde se exhiben maquetas, modelos mecánicos a escala y objetos históricos relacionados con la historia del Canal; vi con atención un video sobre la construcción y el desarrollo del Canal. Poco después, subí hasta la terraza de las Esclusas; allá arriba un sol inmisericorde asaba la espalda a fuego lento de aquellos que como yo, aguardábamos el momento del tránsito de un barco. Había una gran cantidad de turistas expectantes; armados con minúsculas cámaras digitales, nos dispusimos a disparar el flash al empezar a ver a lo lejos aproximarse el primer barco. Fue una sucesión cronometrada de abrir y cerrar compuertas, de subir y bajar niveles de agua, hasta emparejar la superficie y permitir el tránsito de aquel barco repleto de pasajeros que eufóricos saludaban a los espectadores, compartiendo su júbilo al alcanzar “el otro lado de este lado”.

El 31 de diciembre de 1999 Estados Unidos entregó al pueblo de Panamá, la administración del Canal que había manejado desde 1914.  El pasado 15 de agosto el Canal celebro sus primeros noventa y cinco años de actividad con un ambicioso proyecto de expansión, pues su capacidad de transito original, se ha quedado corta. Aunque la ampliación del Canal representa un plan de inversión considerable que repercutirá en una gran generación de empleos, apoyara la construcción, desarrollara la vivienda, y repuntara la actividad comercial,  la realidad es que a pesar de estas declaraciones,  la economía del

pueblo panameño tiene una cintura cada vez más delgada…tristemente, Panamá es otro ejemplo de la contradicción de las promesas de modernidad latinoamericana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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