viernes, 19 de junio de 2009

La herencia maldita.

Acudió a la cita con una puntualidad inglesa, eran las doce del día, ni un minuto más ni uno menos. Parecía estar listo para una sesión fotográfica para la portada de GQ en su edición de verano; no le había fallado ni un detalle: un traje de lino crudo Bottega Venetta color beige y brillantes zapatos marrón de cabritilla, una corbata color oro sobre una camisa Gucci color azul oscuro y un reloj Bulgari Assioma de oro rosa, de esfera cuadrada, obviamente de edición limitada. Escaso en palabras, Jorge Castañeda y yo iniciamos nuestra conversación a raíz de la publicación de La Herencia, esa paradoja sobre los mecanismos de la sucesión presidencial en México.

¿Como se elige a un presidente en México? ¿Es la elección presidencial un proceso democrático o aun vivimos la época del ‘dedazo” en donde el presidente elige a su sucesor? Fueron las preguntas iniciales obligadas. “En La herencia se ofrecen cuatro versiones, los cuatro testimonios de Luis Echeverría, Jose Lopez Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. Cada uno de los ex presidentes cuenta su historia sobre estos sucesos en donde ellos participaron. Asimismo, La Herencia incluye las aportaciones de unos veinte protagonistas de la política del México contemporáneo; Manuel Bartlett, Jesus Silva Herzog, David Ibarra y Federico Reyes Heroles, entre otros. Son ellos los que ofrecen las respuestas, no yo” dijo Castañeda.

Educado en la Universidad de Princeton y en la Universidad de Paris, Jorge Castañeda obtuvo la Licenciatura en Economía, la Maestría y el Doctorado en Historia Económica, recibiendo reconocimientos internacionales, altos cargos políticos y honores. Tal vez uno de sus cargos más destacados en la política mexicana fue su rol como Canciller de Relaciones Exteriores en donde su política incluyo temas como inmigración, comercio, seguridad nacional y control del narcotráfico.

En La herencia, Castañeda hace un recorrido por la evolución de sucesiones presidenciales que incluyen desde la imposición hasta la integración del semi-consenso fraguado por el presidente en turno y su reducido círculo de poder.  En su acepción literal, la herencia puede definirse en tres términos: en cuanto a Genética, es el conjunto de caracteres fenotípicos que transmite un individuo a su descendencia. En Derecho, la herencia es la práctica de pasar propiedades, títulos y obligaciones a la muerte de una persona, y en Programación orientada a objetos, la herencia es un mecanismo que permite derivar una clase de otra, de manera que extienda su funcionalidad.  Pienso que en México, ninguna de estas acepciones aplica al concepto de la herencia de la sucesión presidencial, sino que debe entenderse como una maldición que nos persiguió por años. A partir del final del sexenio de Ernesto Zedillo y con la llegada de Vicente Fox la concepción de la herencia como sucesión cambio,  sin embargo hay otra herencia maldita que no ha dejado de ocurrir: la de la corrupción.

 

 

 

 

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