viernes, 14 de mayo de 2010

Yo y el otro...

 

Octavio Paz dijo “Para que pueda ser, he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia”. Mi vida ha estado inmersa siempre en la dialéctica eterna y la lucha encarnizada entre mi “yo” y “el otro”, para fundirse a veces en un “nos-otros” y en otras ocasiones  para desvanecerse en el vértigo y la nada; será porque viendo hacia atrás, yo salí justamente del polvo y de la nada… Intentaré poner en blanco y negro algunas cosas que he aprendido en esta jornada de vida, en esta lucha entre mi “yo” y el “otro”:

 

1.       La vida es corta y transitoria. Nada permanece, nada es para siempre y hay que vivirla intensamente. Lo único constante es la transición y el cambio.

2.       Más vale pedir perdón que pedir permiso; hay que luchar hasta el fin e ir mas allá, por nuestras pasiones, por lo que nos trastorna y por aquello en lo que creemos.

3.       Jamás me conformo cuando escucho un no. Hay gente que se pregunta ¿por qué? Yo sueño con cosas que no han sido y me pregunto ¿por qué no? Escuchar un “no” es una motivación para transformarlo en un “sí”.

4.       Hay que soñar; soñar de día y de noche. Hay sueños que callan en el día pero emergen en la noche; hay otros sueños que hablan durante el día y duermen de noche; en ambos casos hay que extraerlos con pinzas y abrir los ojos, de día o de noche para concretarlos.

5.       En la vida lo importante no es lo justo, sino lo que se negoció y lo que acordamos.

6.       La bondad y belleza no son suficientes; hay que saber mostrarlas.

7.       Lo importante no son las cosas, sino la percepción que tenemos y lo que los otros tienen de las cosas.

8.       Hay que oír al “otro”, al que se esconde en mí y al “otro” que vive en los demás; hay que  incluirlos, independientemente de las diferencias.

9.       Debo vivir el presente porque es un regalo; aprender de la historia y valorar el misterio maravilloso del futuro; lo mejor  aun no llega, está por llegar.

10.   Aprecio la diferencia y la heterogeneidad que me da vida; me horroriza la homogeneidad y sus consecuencias.

 

 

 

 

 

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