lunes, 26 de noviembre de 2012

Los verdaderos heroes de Mexico.

De pie junto, al quirófano del Hospital General de Ciudad Juárez, el doctor Arturo Valenzuela, de 45 años, se fue dando cuenta de que, hace solo tres años, a su quirófano llegaban dos heridos de bala a la semana, o a lo máximo, tres; eran todos unos tipos duros, herederos de una estirpe acostumbrada a matar y a morir según las reglas de la droga y la frontera. Sin embargo, mes a mes, la fisonomía de los heridos y de los muertos se iba suavizando hasta tener los rasgos de un hombre adolescente o de una mujer joven. Espantado, pensó en huir. "Lo tenía fácil", reconoce, "además de la nacionalidad mexicana, yo tengo la canadiense. Así que pensé que era hora de probar otra vida, de sacar a mi esposa, a mi hija adolescente y a mis padres de aquí, de ponerlos a salvo cruzando la frontera". Una frontera que separa Ciudad Juárez de El Paso. La ciudad más peligrosa del mundo, de la ciudad más pacífica de Estados Unidos.

Al tiempo que valoraba la posibilidad de marcharse, el doctor Valenzuela también iba constatando, horrorizado, que en Ciudad Juárez ya se habían acabado los sicarios de cuarenta y tantos años. Ya no se trataba, pues, de una guerra tradicional entre carteles, sino que trataba ya de una guerra total. Empujados por la pobreza, por la desigualdad, por la falta de afecto en una ciudad acostumbrada a tratar a las mujeres como esclavas –ya fuera en las maquiladoras  o en la casa-, cientos de muchachos crecidos a la intemperie de barrios sin asfalto ni escuelas, sin energía eléctrica ni agua corriente, fueron sumando las filas del único ejército que los aceptaba; sin capacidad de elegir, los jóvenes fueron subiendo rápidamente por la escalera del crimen. De halcón -el que alerta de la llegada de la policía- a camello -el que acarrea la droga. De camello a sicario. De sicario a muerto. El doctor Valenzuela pensó que la única manera de intentar interrumpir ese último salto mortal era quedarse. "Me dije que mi hija, mi esposa  o mis padres no eran los únicos que la estaban pasando mal. Que en mi conciencia no podía escribir con tinta indeleble que cuando mi ciudad me necesitó, yo me fui. Así que me senté con otros médicos a ver qué se podía hacer..." y doctor Valenzuela decidió quedarse.

"La primera marcha que organizamos fue en noviembre de 2008. Unos 200 médicos. Muchos con cubre bocas, por temor a represalias. Ya se habían disparado los secuestros, las extorsiones telefónicas y los homicidios con armas largas. Se estaba empezando a fraguar el Comité Médico Ciudadano y yo me sumé. Lo primero que hicimos fue crear una página de Internet con información práctica para enfrentar los secuestros. ¿Cómo piensa el secuestrador? ¿Cuáles son las víctimas más vulnerables? Incluso pusimos un botón de pánico para que la gente nos llamara en caso de necesidad, porque ya por entonces nadie se fiaba de la policía. Hay que tener en cuenta que en el año 2007, en Ciudad Juárez se denunciaron siete secuestros. En 2008 ya fueron 28. Al año siguiente ya había más de 200 denuncias... La gente no sabía qué hacer. Negociaban mal. Pagaban rescates espantosos. Cometían errores que ponían en peligro a la víctima. Y lo peor de todo: una vez que pagaban, ya jamás los dejaban en paz, seguían extorsionándolos. Mucha gente empezó a marcharse de la ciudad".

Esta es la historia de lo que ha sucedido en México en los últimos cinco años: los mexicanos no fueron a buscar la guerra, sino que la guerra se plantó un día en la puerta de su casa. La verdadera clase de tropa de esta guerra sin cuartel no la forman los miles de militares sacados urgentemente de los cuarteles o los miles de policías federales instruidos a toda prisa, conectados a una máquina de la verdad para certificar la pureza de sus intenciones, armados hasta los dientes después y finalmente puestos a patrullar en ciudades que a muchos de ellos les resultan hostiles y remotas. Los verdaderos soldados a la fuerza de esta guerra son los ciudadanos que deciden apretar los dientes y seguir sirviendo a sus comunidades; esos son los héroes de la guerra que ha llegado para destruir Mexico… (continuara).

 

 

 

 

martes, 20 de noviembre de 2012

El dia de los Veteranos.

Tomó un sorbo de café y me clavó sus intensos ojos azules, interrogándome: “hoy celebramos el Día de los Veteranos, ¿tienen alguna celebración similar, allá en tu país”. Esa mañana llegué  temprano a la oficina y antes de conectar mi lap top, me dirigí como de costumbre, a la cocineta, lugar en donde usualmente me encuentro con otros inquilinos quienes compartimos oficina en el mismo piso y que silenciosos, como yo, buscamos  un café que nos ayude a enfrentar los retos y las ocupaciones del día; ahí me encontré con George Cohen, mi vecino, un neoyorkino espigado y flaco, narigón, de escaso pelo entrecano y piel traslúcida; mi oficina es la 111 y de George es la 112 y aunque lo veo a diario, nuestra interacción en tres años jamás había pasado del saludo. Dado que las paredes oyen, yo escucho a diario sus conversaciones con sus clientes y me doy cuenta por su timbre de voz firme y enérgica, que tiene una personalidad directa y autoritaria. Su pregunta me sorprendió, era la primera vez que interactuaba conmigo en todo este tiempo y no dudé en responderle “No tenemos”, le dije, “aquí en Estados Unidos ustedes festejan a los veteranos que eligieron ir a la guerra; los festejan y los honran por su servicio a favor de la seguridad del país; En Mexico, nosotros no hemos tenido que decidir ir a la guerra, sino que la guerra vino a buscarnos; y ahora que lo pienso, nosotros deberíamos implantar un dia para honrar la memoria de nuestros héroes anónimos”.

Efectivamente, mis paisanos mexicanos que viven allá, del otro lado del río, no tuvieron que irse a la guerra, sino que la guerra misma vino a buscarlos. Desde 2007 hasta ahora, más de 40.000 mexicanos han muerto víctimas de la guerra que sostienen calle a calle las organizaciones criminales y el Gobierno de Felipe Calderón. Día tras día, los periódicos cuentan historias espeluznantes de matanzas, decapitaciones, policías y políticos corrompidos por el narcotráfico. El mal, se ha infiltrado en la vida cotidiana de México. El resto del paisaje lo conforman unas autoridades sin prestigio ni credibilidad y una sociedad asustada y desvertebrada, como ausente, sin capacidad de alzar la voz sobre el tableteo constante de las armas de alto poder. Sin embargo, de un tiempo a esta parte van saliendo a la luz historias de gente corriente que, lejos de claudicar o brincar la frontera hacia Estados Unidos, decidió anteponer la dignidad al miedo y enfrentarse al terror, muchas veces con la única protección de su pecho descubierto.

¿Cuáles y cuántos son nuestros “veteranos” o héroes de guerra? Debe haber muchos, yo citaré solo a  algunos: Arturo Valenzuela, es un médico cirujano de Ciudad Juárez que fue percatándose de que los sicarios a los que trataba de salvar la vida cada vez se parecían menos a él -un hombre de 40 años- y más a su hija adolescente, y en vez de emigrar a Canada, aprovechando que tiene doble nacionalidad, sigue trabajando en Mexico y salvando vidas; Martha Rivera Alanis, una maestra de Monterrey que mantuvo a su grupo de niños de kínder cantando una canción, acostados en el suelo, sin levantar la cabeza mientras una ráfaga de tiros irrumpía la tranquilidad de la zona en que se ubicaba el plantel escolar; Maria Santos Gorrostieta, una alcaldesa de Tiquicheo Michoacán, que un día -después de que unos criminales mataran a su marido- se levantó la blusa y mostró su cuerpo roto a tiros y su decisión de no claudicar; desafortunadamente, hace unos días, fue finalmente fue asesinada. Jaime Rodriguez, el alcalde de Garcia, Nuevo León al que los criminales ya han emboscado tres veces, llevándose por delante a varios de sus escoltas. Javier Sicilia, un poeta que perdió a su hijo y ahora recorre el país intentando a duras penas resucitar la conciencia cívica, el orgullo de ser mexicano. Son los nuevos héroes. El México heroico que lucha contra el México salvaje.

Me despedí esa mañana de George dudando que hubiera entendido mis argumentaciones, pero realmente me importa poco lo que pueda pensar; jamás olvido que en esta guerra infame que vivimos en Mexico  nosotros ponemos los muertos y nuestros vecinos las armas, apuré mi sorbo de café, dispuesto a iniciar mi trabajo aquella mañana y por alguna razón, me supo más amarga que de costumbre, pensando: “qué lástima que no tengamos en México un día definido para honrar la memoria de tantos héroes de esta guerra indeseable y me comprometi conmigo mismo en buscar información y contar sus historias y a eso me dedicaré, en las siguientes semanas….

Continuará.

 

 

 

 

 

 

lunes, 22 de octubre de 2012

Mineria de Datos y Mircosegmentacion


Hace poco me empezó a ocurrir que cada vez que entro a internet, recibo correos “específicamente” dirigidos a mí: e-mails que contienen anuncios de ofertas de Viagra y Cialis, otros ofreciendo descuentos en servicios funerarios y cremación, (cosa que para los extranjeros que mueren en estos rumbos, soluciona el problema de tener que pagar a precio exorbitante el envío del cuerpo al país de origen) anuncios de médicos que hacen implantes de cartílagos en las rodillas, información sobre pólizas de seguros que anuncian la protección financiera en caso de incapacidad y otros mas, dedicados a “ese grupo” al que irremediablemente pertenezco: a la generación “de la edad de oro”. ¿Cómo saben estas compañías mi edad, mi género, mi estado civil, mis necesidades, mis preferencias de compra, la ciudad en donde vivo? Muy fácil: a través de la minería de datos y más concretamente, a  través de la llamada micro segmentación.
La minería de datos es una rama de las ciencias de la información que utiliza complejos algoritmos y métodos estadísticos para identificar los patrones que puedan existir en las enormes bases de datos que hoy en día se acumulan gracias a las nuevas tecnologías. Se trata de convertir esa información en conocimiento útil para la toma de decisiones. En el mundo de la empresa privada, el data mining se usa desde hace tiempo y con gran sofisticación. El mensaje específico seleccionado que me llega exactamente, se desprende de una lista de posibles anuncios, y la máquina escoge cuál enviarme a partir de un cálculo que se nutre de información sobre quién soy yo (hombre, +50 años, casado, con hijos, que vivo en Boca Raton, Fl. en el area de Mission Bay, ubicado en el condado de Palm Beach), qué productos me gustan (que compro camisas de cuadros, con el cuello y puños de otro color, que me gustan las lociones cítricas, que tomo Café Americano con sabor avellana en Starbucks), qué hago en mi tiempo libre (que visito regularmente las páginas de El Economista y El Pais en la Red; que usualmente me gusta comer en restaurantes italianos después de correr, durante una hora en la playa) y esta información es extraída de una base de datos de personas con las mismas características, gustos y hábitos.
Toda esta información revela los patrones más comunes sobre las motivaciones que determinan una decisión de compra de mi comunidad. Ojo: tome nota de que ya no utilizo la palabra “segmento” sino comunidad, integrada por individuos que como su nombre lo indica, son in-divisibles y únicos; Así, la publicidad que usted recibe, se dirige específicamente a sus motivaciones, posibilidades y deseos. Esto es el microtargeting: apuntar micrométricamente no a un mercado indiferenciado, al público en general o al electorado en edad de votar, sino a segmentos muy específicos dentro de esas categorías en sus respectivas comunidades.
En Mercadotecnia Política estas tecnologías se han vuelto indispensables. Obama es un fuerte precursor del uso de las nuevas tecnologías; empezó a utilizarlas en las elecciones primarias de 2007 y luego a su campaña presidencial de 2008. Su candidatura atrajo a un número sin precedentes de jóvenes, novatos en política pero magos en el uso de Internet, específicamente de los vehículos emergentes de Web 2.0 que en aquellos años hacían furor y que ahora empiezan a enfrentar el declive: Facebook, Youtube y Twitter.
Harper Reed, un genio de la informática, de 33 años de edad y ex CTO de Threadless una exitosa empresa dedicada a la venta de camisetas on line, fue nombrado Chief Technology Officer de Obama y dirige la operación de data mining en la campaña electoral. Reed, es bastante “alternativo”: tiene varios tatuajes, su corte de pelo tiene un Mohawk prominente, y usa varios aretes y tiene varias perforaciones en el cuerpo. Personalmente nada de esto me asusta, pero debo admitir que su figura se deslinda del resto de “clean cuts” que integran el aparato de campaña de Obama. Reed ha montado la más ambiciosa y eficiente estructura tecnológica para saber a quiénes acudir, qué decirles y qué pedirles (su voto, una donación, los votos de sus amigos y familiares, hacer llamadas telefónicas, un coche para llevar a la gente a votar, etcétera). Indudablemente estamos viviendo un momento crucial en las tecnologías de información y la capacidad para convertir información masiva y desordenada en conocimiento que aporta votos; afirmo que esta serie de tácticas y estrategias de mercadotecnia digital, establecerá una gran diferencia en las votaciones durante la elección del mes de Noviembre.


lunes, 8 de octubre de 2012

Chavez: La vida cobra factura....


La semana pasada recibí via telefónica, dos invitaciones para participar en un programa televisivo de análisis político sobre las elecciones de Venezuela. Una de ellas era Univision; un exalumno mio acaba de convertirse en el flamante conductor de noticias de la emisión nocturna; la otra invitación era de un productor amigo mío que trabaja en SoiTV, una estación de televisión digital; ambos estudios televisivos están ubicados en el Doral (en el mero corazón donde radican miles de venezolanos exiliados por el régimen chavista). Dado que el contenido de los noticieros de Univision no me hace feliz, opté por aceptar la invitación de SoiTV. En punto de las seis de la tarde, dio inicio el programa y a continuación resumo algunas de las ideas que expuse en esta oportunidad:
1. Henrique Capriles Radonski ha logrado una hazaña sin precedente en la historia latinoamericana. Nunca un candidato opositor había conseguido unificar arrolladoramente a la oposición, y sobretodo enfrentado con tanta fortaleza el poder de Hugo Chávez.
2. Chávez ha utilizado astutamente a la democracia para acabar con ella. Lo ha hecho paso a paso, institución por institución, imponiendo sus designios y personeros en la legislatura, la los órganos fiscales, los electorales. Si no ha terminado su labor de demolición es debido a la pasión cívica de un amplio sector de la sociedad venezolana que no ha olvidado el significado de la libertad. Chávez tiene la propiedad privada de los recursos públicos, y los usa copiosamente en su beneficio.
3. Chávez no es solo un caudillo: es un redentor que ha abusado del púlpito mediático. Por largos años, como se sabe, apareció en el programa dominical Aló, Presidente, reality show de seis horas en el cual Chávez —locuazmente— monologaba, bailaba, cantaba, recitaba, leía cartas, declaraba su amor al pueblo, increpaba al imperio, daba clases sobre el “Socialismo del siglo XXI”, rememoraba escenas de su autobiografía, ordenaba expropiaciones, movimientos de tropa, desplantes diplomáticos y políticas públicas.
4. Una parte considerable de los pobres en Venezuela ha agradecido siempre la voluntad de Chavez de atenderlos a través de las “Misiones” un programa de asistencia social que estableció desde 2003 con el objeto de proveer de salud, alimentos y educación. Muchos de estos esfuerzos han enfrentado serios problemas operativos y no están diseñados para promover la autonomía de las personas sino su dependencia del Gobierno.
5. El casi monopolio de la verdad pública, que goza Chávez tras haber expropiado a los principales canales de televisión abierta, ha disfrazado la realidad. Millones de venezolanos confían en su palabra como el espejo fiel de la verdad, más aún si son empleados públicos cuyo ingreso depende —o así lo creen— del comandante.
6. La campaña de Capriles fue valiente y conciliadora. Sus propuestas buscaron recobrar la sensatez económica y proteger las conquistas sociales.Capriles demostró y comprobó las malas prácticas del Gobierno de Chavez.
El resultado de la elección la sabemos todos: el hechizo de un Chávez enfermo y su vasto control sobre el aparato estatal le ha dado el triunfo. Personalmente, pienso que la oposición debe persistir sin tregua ni desánimo. Chávez venció, sin embargo, está enfermo y la vida cobra factura; tras su eventual fallecimiento la división interna de su grupo y la presión interna e internacional podrían propiciar la vuelta de Capriles y su oportunidad de lograr la democracia plena.

martes, 2 de octubre de 2012

La mayoria...


¿A quién se le ocurre estudiar un doctorado en Lingüística? Me dijo un conocido cuando iba empezando mi programa doctoral en Cincinnati, Ohio. En primer lugar –continuó, la mayoría de las universidades no tienen a la Lingüística como área prioritaria; en segundo lugar, si aspiras trabajar en las empresas, jamás lograras entrar estudiando algo tan inútil y ocioso, a la mayoría de las empresas no les interesa ni necesitan esa espacialidad. Reconozco que esas aseveraciones me intimidaron por un rato y tuve que buscar puntos de apoyo para que mi decisión cobrara sentido y pudiera continuar mis estudios sin que aquellas afirmaciones temerarias pesaran en mi estado de ánimo.
Al concluir el doctorado regresé a Mexico y recuerdo el comentario de una colega: “debes tener cuidado: la mayoría de los jefes aquí en esta institución desconfían de los doctores, y piensan que no son redituables. Hasta hoy ignoro el significado de tal advertencia. Recuerdo que manejé esa tarde de regreso a casa pensando: ¿qué hare para lograr un retorno de la inversión? ¿Cómo evitar decepcionar a mi familia que estuvo a mi lado en esos duros años de estudio? No me gustaría ser improductivo y peor aún, no me gustaría defraudarme a mí mismo ¿Cómo podría dudar ahora? Me preguntaba. ¿Será que aun siendo adultos, la infancia nos envía postales? Los recuerdos de mi niñez me atragantaron por un momento, pero al final de aquella introspección concluí que jamás en la vida he tenido dudas sobre mis capacidades.
Una vez establecido en Monterrey, empecé a dar conferencias y a aceptar propuestas de entrenamiento y consultoría en empresas no solo de Mexico, sino de varios países de America Latina; empecé a viajar y a cotizar razonablemente mis servicios profesionales. Recuerdo muy bien la pregunta de un compañero consultor: ¿Cuánto cobras por hora? Al responderle, afirmó categóricamente: estás loco; la mayoría de las empresas se negarán a pagarte esa suma. Revisé mi tarifa e hice una rápida encuesta entre otros colegas para asegurarme que no estaba “clavando el diente” y hasta la fecha, mis honorarios no espantan a nadie y cobro lo que es justo por la inversión de tiempo y experiencia.
Hace tres años decidí iniciar un Blog y escribir semanalmente para mis amigos; uno de los primeros comentarios que recibí fue: ¿cuál es el propósito de tus artículos? A la mayoría de las personas no les gusta recibir artículos ociosos porque ni tienen tiempo ni están dispuestos a leer lo que escribes.  Tres años después, sigo escribiendo y he ampliando una y otra vez la lista de mis destinatarios; cada semana me anima la ilusión de abrir mi alma y compartirla para exorcizar los efectos de la traición de la memoria. Concluyo que ni tú, mi estimado lector, ni yo, pertenecemos a la mayoría…
                                               

Quien dice yo?


Hace treinta y cinco años empecé a dar clases; mirando hacia atrás, observo que no solo los alumnos han cambiado, sino que la construcción del aprendizaje se ha transformado radicalmente. Resulta difícil de creer que la memorización de información y tomar exámenes que miden los conceptos adquiridos a través del almacenamiento de información, constituyen aun en muchas escuelas, la única forma de aprender. Esta época requiere de respuestas contundentes, de preparar a nuestros alumnos a enfrentar un mundo más conectado, informado y retador. La pregunta es muy simple: ¿cómo lograr que el aprendizaje sea más “engaging”? ¿cómo lograr la interacción, la colaboración, y el constructivismo del alumno en el aprendizaje?
Indudablemente nuestros jóvenes accesan, construyen, visualizan y comparten información 24/7 y lo hacen de forma completamente diferente a la que se hacía décadas atrás. La cantidad y los tipos de información creados y compartidos han crecido exponencialmente y se requiere de habilidades que preparen al profesional a enfrentar los retos del trabajo que no necesariamente empatan con las habilidades que se enseñan en ambientes educativos tradicionales. Es imperativo crear y diseñar un totalmente nuevo ambiente de aprendizaje, que logre romper el paradigma de la enseñanza tradicional basado en la memorización de datos.
Varias acciones han de ocurrir para poder lograr la transformación del ambiente de aprendizaje: una y tal vez la más importante es la interacción entre varios sectores: las universidades, las organizaciones, la sociedad civil, las instituciones, los educadores, los estudiantes, los políticos, los tecnócratas, los investigadores; la idea es arriesgarse a salir del claustro e interactuar para poder definir juntos expectativas y habilidades que se requieren para enfrentar y dar respuesta a las necesidades del mundo laboral del Siglo Veintiuno.
Otra acción imperativa es la apertura por parte de los docentes, especialmente aquellos ubicados en la categoría de “maduros”  para entender y utilizar tecnología en el aula; valorar cómo la comunicación on line, la colaboración y la tecnología digital pueden jugar un papel determinante en las dimensiones de aprendizaje social, de comportamiento, cognitivo y constructivista.
Personalmente, me emociona la idea de diseñar y desarrollar una aplicación que combine las actividades de interacción y apoyo al aprendizaje de una forma efectiva y apropiada aprovechando las características interactivas disponibles en los equipos de computación y comunicación de hoy; incorporar por ejemplo un modelo de aprendizaje a dispositivos móviles: tabletas, teléfonos inteligentes, así mismo, me emociona tambien diseñar un modelo de negocios for profit y non profit o bien hibrido, para lanzar y escalar esta solución nacional o internacionalmente. Tengo tiempo y ganas…¿Quien le entra? ¿Quien dice yo?





El derecho al olvido.


Tenía yo unos 18 años cuando leí Ficciones, una colección de cuentos del argentino Jorge Luis Borges. Entre ellos, uno atrajo poderosamente mi atención: Funes el memorioso, que narra la historia de un joven que pierde su capacidad de olvidar; recuerda tantos detalles que es incapaz de convertir la información en sabiduría. La maldición de Funes, me persiguió por muchos años porque al igual que el personaje de este cuento, yo gozaba de una memoria prodigiosa, en aquella época en la para ser académico, esta habilidad era indispensable para dictar clases; en ese tiempo podía recordar los nombres y los dos apellidos de mis alumnos, podía citar sin ver mis papeles, cifras, sitios y fechas exactas; tenía muy claro el esquema de ideas que iba a seguir en mi clase, recordaba los puntos centrales de lo que hablaba y los desarrollaba idea por idea, tenia presente la tesis con la que iba a retar a mis estudiantes y los argumentos sólidos para defenderla. Aunque con el paso de los años he perdido esa habilidad, no me siento tan mal, porque he concluido que no poder olvidar, es un castigo.
La parábola de Funes es una de las referencias que utilizo para iniciar el debate del derecho al olvido, ¿Cómo poder borrar de la red una noticia que contiene un error o una foto no deseada? La tecnología está cambiando nuestras normas de convivencia y de comportamiento de forma drástica, e impactando nuestra privacidad y libertad; el banco de memoria permanente de Internet impide para muchas personas, que haya una segunda oportunidad en sus vidas: en una sociedad en que toda acción queda registrada, resulta complicado reinventarse, zafarse de errores del pasado. Ejemplos hay muchos: entre otros, podría citar a Stacy Snyder, una profesora  a la que Millersville University School denegó su aspiración a dictar clases, por una foto en una red social, en la que aparecía borracha. Otro caso es el de Tyler Clementi, joven que se suicidó a raíz de que Dharun Ravi, su compañero de dormitorio conectó su webcam y lo exhibió en Twitter teniendo un encuentro físico con otro amigo. El efecto de saberse “ventaneado en la red” provocó el suicidio que alcanzó resonancia internacional por ser uno de los primeros casos de cyberbullying.
Personalmente escucho y leo con frecuencia, comentarios de amigos que al ver algunos contenidos que coloco en Facebook y que responden a campañas de mercadotecnia que yo mismo desarrollo con el fin de atraer y captar  alumnos a Miami, señalan que vivo en juerga permanente, que tomo licor de bar en bar, desde South Beach hasta Palm Beach. Me divierte escuchar a aquellos que piensan que tengo un estilo de vida “so Miami” y que mi agenda está llena de actividades sociales y de diversión, cuando la verdad es que paso la mayoría de los viernes en casa, cenando con mi familia, y los sábados escribiendo en la playa durante el día y encerrado en mi casa durante la noche. Me tienen sin cuidado las opiniones o comentarios sobre mí, basados en lo que la gente se entera en las redes. En esta edad vivo sin preocupaciones sobre el que dirán y estoy más allá del bien y del mal, pero a la vez afirmo que vivimos en la red, una era del megachisme, y el chisme, que antes era oral, ahora es escrito y visual, lleno de imágenes que resultan mucho más invasivas y perjudiciales. Aunque hasta la fecha no hay registro de declaraciones, videos o fotografías mías que me avergüencen, (y toco madera para que no ocurra) me gustaría que las tecnologías que nos permiten subir datos, fotos y archivos tuvieran fecha de caducidad y se autodestruyeran. Quisiera que al subir una foto en Facebook, se me preguntara: ¿quiere usted que esta foto permanezca un día, un mes, un año o para siempre? He sabido que Facebook ha comprado algunas de las compañías que están experimentando con los datos con fecha de caducidad porque tiene un interés económico en que no podamos borrarlos. ¿Por qué Facebook mantiene el interés de preservar nuestra información?; a veces me siento paranoico, pero me gustaría que Facebook y otras redes fueran el antítesis de Funes el memorioso y que sus usuarios pudiéramos ejercer nuestro derecho indiscutible: el derecho al olvido..



lunes, 17 de septiembre de 2012

Only losers are liars...

Mercadotecnia es el arte de contar una historia alrededor de una marca; así de simple. Y si esta aseveración es verídica, un excelente mercadólogo es aquel que cuenta las mejores historias. Sin embargo, me gustaría advertir algunos peligros que enfrentamos los “storytellers”: tengamos en mente que algunas veces los seres humanos creemos cosas que no son ciertas; dicho de otra manera,  muchas cosas son ciertas, porque creemos en ellas. Creemos lo que queremos creer y una vez que establecemos una creencia y la fijamos en el centro de lo que consideramos nuestra “verdad básica” se convierte en piedra angular. Por ejemplo: si desde niño he creído que entre más caro sea el vino, mejor sabor tendrá, es indudable que cada vez que pido una botella de vino valuado “en varios ceros”, al probar el primer sorbo, comprobaré que mi creencia es verdad. Personalmente, siempre creí que manejar un Minicooper  le restaba al conductor veinte años de encima, así que cada vez que manejo mi pequeño auto, siento que un halito de juventud me inunda de pies a cabeza.

 

Estas ideas son completamente obvias; sin embargo, siendo tan obvias, ¿por qué son ignoradas por el mercadólogo? Y peor aún, ¿por que el consumidor parece ignorarlas? Intentaré responder de la siguiente forma: se afirma comúnmente que los profesionales de Mercadotecnia  “buscamos satisfacer necesidades del consumidor” y que los verdaderos profesionales “buscamos satisfacer los deseos del consumidor” y esto nos coloca en un terreno más espinoso y complejo  porque los deseos son más difíciles de satisfacer, y sobre todo, de medir; ahí es donde la Mercadotecnia, se convierte una actividad retadora y fascinante.

 

Al construir una campaña de Mercadotecnia los profesionales partimos de una presión intensa: la necesidad de este esfuerzo sea exitoso y por lo tanto necesitamos armar una historia que la gente quiera escuchar y buscamos incluir elementos que conmuevan, emocionen y atraigan la atención del consumidor; por lo tanto caemos en tentación de mentir y engañar. Una mentira común en las campañas de Mercadotecnia es escuchar las historias de las las compañías embotelladoras de refrescos gaseosos quienes afirman que los refrescos fríos quitan la sed, cuando todos sabemos que esto es completamente falso.

 

“La mentira dura hasta que la verdad aparece” decía mi madre y este principio básico aplica en Mercadotecnia. Los efectos de una mentira en Mercadotecnia son devastadores para una marca o un producto, por eso, antes de que construyas una historia,  cuestiónate a ti mismo: “ ¿cuál es la historia que voy a contar?” ¿me la van a creer?” “y más importante: ¿es verídica?”. Cuenta la historia y  si no funciona, modifícala, cámbiale el ángulo, pero respeta la verdad; no te detengas hasta que encuentres que funciona, pero hazla siempre autentica, pruébala y compruébala. Y concluyo en Ingles, porque pienso que suena mejor:” All marketers are storytellers,but  only losers are liars!”.

 

 

 

 

 

 

lunes, 10 de septiembre de 2012

Tatuajes...

Lo dije y lo sostengo: cuando cumpla los sesenta años, me hare un tatuaje en el tobillo izquierdo; me hare tatuar un marlín que pienso lucir cada sábado por la mañana, cuando camino a la orilla del mar, en mi afán de cumplir mi cita puntual con mi amante insaciable: la escritura. ¿Por qué he tardado tanto en hacerme un tatuaje? la respuesta es muy simple: porque esa es una decisión que tiene un impacto irreversible; sin embargo, afortunadamente la mayoría de las decisiones que tomamos en  la vida tienen un impacto temporal,  especialmente en esta época en que las tecnologías de información forman y conforman nuestra sociedad digital. 

 

Muchas de las decisiones relacionadas con nuestros proyectos profesionales no son definitivas como un tatuaje; correr el riesgo trae grandes beneficios y vale la pena exponerse a cometer errores. ¿Qué tanto podemos perder? ¿Qué es  lo peor que podría sucedernos al tomar una decisión? ¿Que algunos consumidores nos digan que no estan de acuerdo, o que no les gusta? Tomar decisiones como por ejemplo diseñar o cambiar un website, establecer un landing page, aumentar o disminuir el precio de un producto durante una promoción, incluir foros de discusión con clientes, agregar un blog para intercambiar experiencias, abrir un canal de youtube, promocionar a través twitter, todas esas acciones tienen una duración que podría ser fugaz, y no permanecen por mucho tiempo sino que son totalmente susceptibles al cambio. Siendo así, con muy poco que perder y mucho por ganar, ¿Por qué no arriesgarse?

 

Ten en mente que muchas de las decisiones son temporales; no tengas miedo a cometer errores, aprende de la experiencia, y haz cambios para  arreglar lo que no funciona. Cada semana al menos un alumno me pregunta de alguna u otra manera lo siguiente: “Doc, como le hago para realmente aprender a hacer Mercadotecnia en un entorno cada vez mas cambiante y competitivo?” Mi respuesta es directa y simple: “aprende Mercadotecnia, haciéndola; olvídate de la teoría; el mundo le pertenece al que practica y se ejercita”. Quita de tu cabeza la idea equivocada de que tienen que pagarte por trabajar. Recuerda que al principio de tu carrera, los empleadores te pagarán por aprender. Busca emplearte en tu tiempo libre: sacrifica parte de tus fines de semana; trabaja como voluntario, busca apoyar una fundación o institución sin fines de lucro, arranca un negocio en línea, haz mercadotecnia para apoyar un pequeño negocio: un puesto de limonada de un grupo de niños, una florería, una panadería o cualquier negocio que tu mamá o tu hermano ha soñado con emprender.

 

Recuerda que solamente aprenderás cuando te manches las manos. Solo implementando acciones y tomando decisiones lograras experimentar la emoción infalible e innegable de correr riesgos y te sorprenderá cómo una idea por pequeña, irrelevante, ridícula o ilógica que sea o que parezca, a veces da resultados asombrosos. Desarrolla una estrategia, determina KPIs, define tácticas y acciones, mide, evalúa y haz los cambios monitoreando cada paso que das. En esta vida todo es transitorio, pasajero y temporal; ten en mente que solo los tatuajes son irreversibles…

 

 

 

 

lunes, 27 de agosto de 2012

Mercadotecnia Relacional.

Semanalmente recibo varios e-mails de alumnos, ex alumnos y amigos que me preguntan o me piden algún consejo, porque se encuentran realizando algún proyecto relacionado con Mercadotecnia. Hoy les comparto algunas de mis respuestas. Advierto que aunque parecen no tener una relación entre unas y otras, en conjunto ilustran la actitud de aquellas empresas que se han enfocado a la maravillosa tarea de construir relaciones con sus clientes:

 

1.      Contacta a cada cliente que has perdido y pregúntale por qué dejó de consumir tu producto o dejó de interesarle tu servicio. Escúchalo con objetividad y no te defiendas; aprende y mantén la objetividad para escucharlo. A veces perdemos un cliente por alguna razón irrelevante y es muy fácil resolverla; te sorprenderás qué fácil puede ser traerlo de regreso, aprende a decir: “baby come back!”.

2.      Desarrolla un boletín electrónico cada dos semanas con contenido noticioso y relevante de tu empresa; envíalo a tus clientes y especialmente a tus contactos con los medios; así mantendrás una relación constante con ellos y en caso necesario, entenderán mejor tus decisiones, los medios te cubrirán y se sentirán tomados en cuenta siempre.

3.      Contacta a aquellos clientes, competidores, colegas o prospectos de clientes que te han mencionado en situaciones públicas o privadas. Respóndeles utilizando los medios y los códigos que ellos usan; es la única manera de lograr el “enganche” y continuar la conversación. Establece y determina la pauta de la relación con ellos en los mejores términos.

4.      Cuando tu empresa patrocine un evento, asiste y haz presencia; no te conformes con la promesa de que tu logo estará colocado en un lugar visible. Utilizar recursos para patrocinar un evento y no capitalizarlo es como tirar el dinero al río.  

5.      Escribe y envía notas de agradecimiento a tus clientes; sorpréndelos con un obsequio con motivo de cumpleaños, Navidad, día del padre, día de la madre; aprovecha las festividades. Es increíble lo que puede lograrse con un pequeño detalle, bien pensado y de acuerdo con el gusto o preferencia de tus clientes.

6.      Escribe artículos semanalmente y crea tu blog; no caigas en la tentación de utilizar el blog para vender, escribe por el placer, movido por tu deseo de compartir experiencias y  “arrima el alma” cuando escribas; que la gente vea el latido de tu corazón, solo asi se construyen relaciones.

7.      Abre tu empresa a visitas grupales, y hospeda en tus instalaciones eventos de la comunidad; solamente di “son bienvenidos, gracias por pensar en nosotros”. Siendo anfitrión de eventos, aumentas visibilidad y posicionamiento.

8.      Sin pena, instala un puesto de limonada y galletas afuera de tu empresa e invita a grupos de niños a atenderlo y a donar las ganancias a alguna institución de caridad.

9.      Se generoso y reparte muestras de tu producto siempre que puedas. Créeme que “las probaditas” sí funcionan.

10.  Mantente en contacto con aquellos que trabajaron contigo, aunque haya pasado mucho tiempo. Es síntoma de gratitud y de un afán por mantenerte comunicado con aquellos que dejaron parte de su vida contigo.

11.  Haz una lista de atributos de tu producto y de la competencia, de tal suerte que sirva como guía para el consumidor. Enaltece las ventajas de tu producto y reconoce las de tu competencia. Publica esta lista sin miedo; seras líder y la comunidad enaltecerá tu fortaleza.

12.  Ofrece cursos educativos a tus clientes, cursos relacionados con tu producto. Procura que los cursos sean gratuitos o de bajo costo. No se trata de hacer negocio, sino de brindar un servicio y de educar a tus clientes.

Esta lista no es exhaustiva, es solo un insumo y solo el principio. No te canses de construir una brillante estrategia de mercadotecnia de relaciones; créeme: las relaciones sí nos salvan.

 

 

 

 

lunes, 23 de julio de 2012

Meditaciones en la playa...

Todos los sábados a camino a la orilla del mar, para meditar, reflexionar y analizar situaciones personales o de trabajo. Estas caminatas me ayudan a tomar decisiones importantes; algunas veces me siento sobre una roca frente al mar y escribo en mi lap top algunas de las historias que comparto cada lunes. Escribir en la playa en un deleite inigualable, porque nada ni nadie interfiere en mis cavilaciones; estamos solos yo, mi corazón y el mar; estas son mis reflexiones del sábado pasado:

 

1.      Las restricciones despiertan la creatividad. Los escenarios tan limitados que enfrento actualmente, producidos por la economía en crisis y la situación de inseguridad en Mexico, me han motivado a ser más creativo para diseñar escenarios alternos. He tenido que pensar “out of the box” para saltar obstáculos y resolver lo que a simple vista parece imposible. Enfrentar un recorte en la nomina, o en el presupuesto, nos empujan a que busquemos las formas de cómo salir de la ratonera. Las restricciones aunque a veces desalientan, no nos matan, sino que nos fortalecen.

 

2.      ¿A quién le hablo? la comunicación efectiva con mis clientes es determinante para lograr las metas; por lo tanto, debo estructurar mis mensajes en términos que mi cliente pueda entender. Por eso me pregunto siempre ¿a quién le hablo? es decir, ¿quién es mi cliente? En este momento, personalmente yo tengo dos: los estudiantes que vienen a Miami a cursar los programas académicos que ofrecemos y las empresas locales que les abren sus puertas para que estos puedan realizar una práctica profesional y por lo tanto requieren adicionalmente patrocinar una visa de trabajo a estos jóvenes. Mis clientes pertenecen a dos universos distintos y requieren estructuración del mensaje, medios y canales completamente diferentes. El diseño de mis mensajes debo usar los códigos correctos.

 

3.      La gente le vende y le compra a la gente. Yo vendo intangibles: vendo educación a los alumnos y prácticas profesionales a los empleadores. Al estudiante le vendo una “experiencia profesional en el extranjero” pero más que eso, le vendo un “mood” y busco que el estudiante desarrolle una actitud desde el momento en que se decide a tomar el reto, porque esta experiencia puede transformar su vida. Al empleador le vendo los servicios profesionales de un practicante que jamás ha visto, que estudia en otro país ubicado en una economía emergente, que asiste a una escuela lejana y a veces desconocida; el empleador que decida abrir la puerta e importar talento extranjero, a pesar de que existe oferta de practicantes locales, deberá entender que su decisión le llevará a enfrentar largos trámites e intrincados procesos legales. Es indispensable establecer confianza y compromiso a la hora de cerrar la venta tanto en alumnos como en empresas. Es insustituible que el cierre de venta sea cara a cara y dar la información correcta al alumno y al empleador, mencionarles el proceso que enfrentaran unos y otros, y anticiparles riesgos y beneficios. En este esquema no valen las marcas, vale la confianza y el compromiso que se establece personalmente.

 

4.      La perfección no siempre se logra al mismo tiempo en que surge la innovación. Me atrae ofrecer programas educativos y servicios de prácticas profesionales de alta calidad; me gusta incursionar en areas del conocimiento que sean innovadoras, sin embargo, el proceso de perfeccionamiento no es instantáneo; toma tiempo probar un producto y observar la reacción del mercado; los programas educativos y las practicas profesionales deben ser mejoradas continuamente y este proceso solo se logra cuando escuchamos a los implicados en el proceso: a los alumnos, a los profesores, a los mentores y supervisores asignados por las empresas que los contratan. Normalmente converso con unos y otros para poder efectuar el proceso de mejora y finalmente lograr ofrecer productos perfeccionados. Es conveniente mencionar que en el proceso de perfeccionamiento las ideas no siguen una dirección lineal; las ideas vienen de todos lados, a todas horas y procedentes de diversas fuentes: debo estar con los oídos abiertos siempre, para escuchar a mis clientes; una idea me lleva a otra, y otra a otra más; así, al final logro llegar a resultados que inicialmente podría considerar imposibles o impensables.

 

5.      El dinero no es la meta. Me ocupo de mis clientes; tener clientes satisfechos produce que estos traigan más clientes. El crecimiento a través de referencias produce que este proyecto pueda alcanzar la sustentabilidad y la utilidad. Ex alumnos traen nuevos alumnos; empresas empleadoras que contactan a otras empresas y hablan sobre la “magnifica experiencia que han tenido con los practicantes hace que se abran nuevas puertas. En síntesis, el enfoque esta en deleitar a los clientes porque son ellos finalmente los que traerán el dinero. Podría continuar con esta lista, pero me rehúso por una simple razón: hoy es sábado; la playa y la oportunidad de reflexionar, me esperan…


 

 

 

 

 

 

jueves, 19 de julio de 2012

El globo rojo...

Se sirvió una cucharada grande de salsa roja sobre el burrito relleno de carne asada y empezó a comer con ganas; después de cada mordida repetía el ritual de la cucharada de salsa. “está picosa la salsa?” me animé a preguntarle; “no, esta deliciosa” me dijo y su hilera de dientes blancos y macizos como granos de maíz brotaron de entre sus labios gruesos. Después de comer, me pidió un vaso de agua; ninguno de los dos tenía prisa, así que empezamos a platicar y sin pensarlo, nuestra conversación se extendió hasta llegar a su niñez; repentinamente sus ojos rasgados se llenaron de agua : “mi historia es muy triste” me dijo Henry Coronado; naci en una aldea a unos quince kilómetros de Quetzaltenango, y mis padres eran de origen maya. Mi padre tenía una lesión en la pierna izquierda que le impedía caminar normalmente; cultivaba con muchas dificultades rábanos en la sierra, pero por la sequia y por el terreno erosionado, pocas veces se lograban; mi mamá criaba conejos del monte, pero nunca nos los comíamos; eran para vender. Ella caminaba diez kilómetros hasta llegar al mercado de Quetzaltenango y se sentaba en el suelo a vender conejos. Si lograba venderlos todos, su ganancia era un dólar. Mi mama me daba de comer, una tortilla de maíz con chile al día, o a veces un poco de arroz. Empecé a tomar café a la edad de dos años; nunca probé la leche. Un día, cuando yo tenía cuatro años de edad me fui con mi mamá al mercado, a vender conejos. Recuerdo vagamente que al llegar, había un vendedor de globos y yo le pedí a mi mamá que me comprara uno, ella me dijo que me acercara al puesto de globos y que le señalara con mi dedo qué globo quería; yo me acerqué y escogí un globo grande, rojo y brillante, pero al voltear para decirle a mi mamá qué globo me había gustado, ella ya no estaba. Corrí a buscarla pero no la encontré, di varias vueltas al mercado hasta que entendí que me había abandonado y empecé a llorar a gritos. Un hombre me encontró sentado llorando en una esquina de la plaza y me llevó a un centro para niños huérfanos y ahí empecé a comer mejor; el médico que me revisó al llegar dijo que estaba muy desnutrido y que si no empezaba a comer mejor, me iba a morir.

 

Recogí a Ugo Mirand en el aeropuerto hace una semana. Ugo forma parte de un grupo de adolescentes franceses que vienen a participar en una clínica de golf durante tres semanas en Palm Beach, Florida. Desde hace ocho años, decidí alojar en mi casa durante dos o tres semanas del verano a un estudiante internacional. La experiencia es excelente. Los jóvenes franceses vienen ávidos de aprender el idioma y normalmente son bastante dóciles y educados. Este programa  incluye clases de Ingles y una clínica de golf con un profesional; tiene un costo de cuatro mil euros, además del boleto de avión, el seguro medico y los gastos personales. El rango de edad de los participantes va de los 14 a los 17 años; Ugo es el mayor del grupo: acaba de cumplir los diecisiete años. Me había enviado un correo electrónico y una foto hace dos semanas. Esa tarde, al salir de aduana, lo identifique fácilmente: vestía una camiseta Burberrys of London color rojo, unos lentes de sol Prada y un cargo short beige, de A&F. Traía una maleta deportiva de piel y una bolsa enorme con palos de golf. Al salir del aeropuerto, nos subimos a mi auto y en el trayecto a Boca Raton, Ugo me dijo que había estado de viaje en Europa este verano; había recorrido diez países en tres semanas y que era la primera vez que visitaba los Estados Unidos. “A que se dedica tu padre?” le pregunté. “mi papa tiene un hotel y un pub en La Clusaz, el pueblo en donde vivo;  mi mama es dueña de una cadena de tiendas de ropa para jóvenes en varias ciudades ubicadas en la frontera entre Francia y Suiza. La Clusaz es un exclusivo resort invernal, ubicado en los Alpes, pegado a Suiza. Es un pueblo antiguo y con gran tradición para practicar los deportes de invierno.  Hay hostales, spas, restaurantes y toda la actividad gira alrededor de los deportistas y turistas que nos visitan durante todo el año”, dijo Ugo.

 

A los dos días de haber ingresado Henry Coronado al centro de niños huérfanos en Guatemala, llegó una pareja de franceses: Etienne y Genovieve Mirand. Habían recorrido Brasil, China, Rusia y Ucrania buscando adoptar un niño. Jóvenes y exitosos empresarios, no habían podido tener hijos y habían decidido ir a Guatemala principalmente por su interés en la cultura maya.  La directora del orfanatorio les mostró a Henry Coronado. Sus ojos oblicuos, su nariz prominente y sus toscos labios que acusaban un pasado indígena, conmovió a la pareja.  Sin pensarlo dos veces lo adoptaron legalmente. A su llegada a Francia, cambiaron el nombre de Henry Coronado por Ugo Mirand. Iniciaron un tratamiento eficaz con un nutriólogo, le pusieron un tutor para que le enseñara francés y se han dedicado desde entonces a fortalecerlo emocional y académicamente. Ugo asiste a la escuela privada más exclusiva de La Clusaz y practica tenis, golf, esquí y natación. Actualmente estudia Inglés y Español y planea ir a la universidad en Paris. A su regreso se reunirá con sus padres en Paris, para elegir un apartamento. Ugo me dijo que muy probablemente le compraran una Land Rover roja, antes del otoño. Esta semana invité a Ugo a cenar en un  restaurant. Sabiendo su predilección por la comida mexicana, fuimos a Chipotle en donde comió un burrito y pidió la salsa más picosa. Sonriendo me dijo que hacía 13 años que no probaba la salsa y que su sabor era inolvidable. Al terminar, le invite un café en Starbucks. Al probarlo, Ugo cerró sus ojos y exclamó. “este café, me sabe a Guatemala” y no dijo más; un nudo se atoró en su garganta y una nube de agua se estacionó en sus ojos…

 

 

 

 

 

 

martes, 10 de julio de 2012

No pictures, please!

May you grow up to be righteous
May you grow up to be true
May you always know the truth
And see the lights surrounding you
May you always be courageous
Stand upright and be strong
May you stay forever young
Forever young, forever young
May you stay forever young.

 

                                              Bob Dylan.

Irremediablemente pertenezco a la generación de los jóvenes de los años setenta; aquella era una época en que la juventud dejó de ser una condición biológica y se convirtió en categoría cultural, es decir, en un oficio más agradable que digno. Fuimos una generación altamente creativa y vivimos una época regida por el eslogan de "prohibido prohibir'' por lo tanto en nuestra juventud tuvimos una creencia firme: había que experimentar y explorar y no es de extrañar que abundaran los excesos. Desafortunadamente al pasar de los años, me enfrento a un grave problema: las fotografías de aquellos años. Mientras que los desaforados de otros tiempos podían fumar opio sin dejar rastros de sus desfiguros, los veteranos de los setenta tuvimos amigos dispuestos a hacernos el dudoso favor de retratarnos con pelo afro y nuestra camisa de anémonas. Abrir un álbum de ese entonces me horroriza porque es una oportunidad de ridículo. En el cruel presente, usar un pantalón de pata de elefante y pantalones a la cadera resultaría terriblemente cuestionable.

Por otra parte, quienes tuvimos el viento a favor en la era del pop y la psicodelia, enfrentamos actualmente severos problemas de ajuste en la vejez. La juventud fue un artículo de fe y nostalgia y nada resulta suficiente para compensar esta pérdida. El reto superior de nosotros consiste en mostrar vitalidad contra la norma. Los grandes músicos sesenteros/setenteros han ofrecido himnos para la crisis de mediana edad. Entre otros, podría citar a Bob Dylan, el optimista sin freno (Forever Young); la vengativa sensatez de Neil Young (en Rust Never Sleeps), pasando por el empate existencial de Jethro Tull (Too Old to Rock'n' Roll: Too Young to Die).

Contra toda expectativa, la música de los setenta se ha transformado en un manual de envejecimiento. Revisemos algunas de sus fórmulas para lidiar con el mezquino trabajo del paso del tiempo. 1) El caso Karen Carpenter,  el más drástico de todos: morir antes de la horrenda madurez y cautivar la memoria como alguien eternamente joven. 2) El caso Barry Manilow, ser idéntico desde el principio, siempre intenso, siempre aburrido, siempre triste (la ropa negra ayuda mucho). 3) El caso Rolling Stones: ser un viejo decrepito a los cuarenta y un fascinante viejo acabado a los cincuenta. 4) El caso Michael Jackson: asumir la edad a través de mutaciones.

Personalmente, odio escuchar expresiones como "¡qué bien conservado estás!'' y “parece que tienes el retrato, de Dorian Grey en casa”.  Estas expresiones las detesto porque siento que me roban el derecho a engordar, perder el pelo y bailar actualmente en algún antro y ser percibido como alguien que se ahoga en una alberca de fisioterapia. Los seres agitados por una melodía de 1972 éramos seres inocentes de toda ofensa.  Pero el tiempo también es generoso y entrega insólitas compensaciones. Por ejemplo, oír a Los Bee Gees en los setenta era lo menos chic del mundo. Aunque altamente populares, en la época fueron considerados músicos de las grandes masas y escasamente alabados por los grupos izquierdosos e intelectuales de los setentas; en cambio, seguirlos oyendo en la actualidad es un acto de misericordia y justicia. Hace tiempo Borges escribió: "Ah, la música, esa misteriosa forma del tiempo'', lo cual significa que la novedad permanece en los oídos. Quizás mi consejo final para estas nuevas generaciones digitales es: resístanse a la tentación de plasmar en forma narcisista sus memorias en las redes sociales; al paso del tiempo, les aseguro que se arrepentirán; aprendan a decir “no pictures please”; nunca hay que guardar demasiadas fotografías.

 

 

lunes, 2 de julio de 2012

El catrin

Ayer seguí con gran detenimiento la cobertura noticiosa de las elecciones de mi país. El resultado no me sorprende: ganó “el catrín” Enrique Peña Nieto. Muchos y muy difíciles son los desafíos que el flamante presidente tiene por delante para sacar a Mexico de su postración: desactivar la violencia causada por el narcotráfico, reducir la brecha entre ricos y pobres, reformar la educación, dinamizar la economía y profundizar la democracia. Pero hay una tarea que ya no puede esperar: terminar con los monopolios. El nuevo presidente tiene que fomentar la competencia, apertura y transparencia en la industria petrolera, donde hoy hay monopolio estatal no sólo en la prospección y explotación del petróleo sino en la distribución de combustibles; y debe hacerlo también en otros oligopolios privados, como las cervezas, el cemento y por supuesto, en los medios de comunicación.

Tal vez valdría la pena esbozar un perfil de quién es y de donde sale “el catrín”: Nacido en Atlacomulco, Estado de México, en 1966, Enrique era un niño muy bien acicalado, de buenos modales. Licenciado en derecho por la Universidad Panamericana, vinculada al Opus Dei, su carrera política ha sido corta e intensa: fue gobernador del Estado de México, y ha gastado millones en promover su imagen televisiva. Viudo de su primera mujer, cuya muerte fue objeto de múltiples especulaciones, siempre desmentidas por él mismo, padre de cinco hijos, dos de ellos fuera del matrimonio, y mujeriego confeso, su segunda boda con la actriz de telenovelas Angélica Rivera, La Gaviota, contribuyó a alimentar su imagen de galán de telenovelas. Su tropezón más estrepitoso ocurrió en la Feria de Guadalajara, donde, a preguntas de un periodista, no fue capaz de mencionar otro libro distinto a la Biblia y confundió títulos y autores atribuyendo al historiador Enrique Krauze una obra de Carlos Fuentes.

Su error trascendió fronteras e incendió las redes sociales pero no enfrió su ventaja en las encuestas. Supo esquivar el escándalo de corrupción de Humberto Moreira, gobernador de Coahuila y presidente del PRI, cuya dimisión en diciembre pasado supuso un gran alivio para “el catrín”. Sorteó la investigación a tres ex gobernadores priístas de Tamaulipas por supuestos nexos con el crimen organizado. Pero la piedra en el camino hacia la presidencia le estaba esperando el 11 de mayo en el lugar más insospechado, la Universidad Iberoamericana de México, adonde acudió para participar en un diálogo con estudiantes y acabó arrinconado por una sonora protesta de estos jóvenes. La imagen del candidato refugiado por fuera de un baño mientras se trazaba una ruta de escape, reproducida inmisericordemente en Youtube, y su insistencia en atribuir el incidente a un complot de alumnos “porros” fue el inesperado parte aguas de la campaña. Y la gota de indignación necesaria para impulsar el movimiento estudiantil Yo Soy 132, surgido en principio como grupo apolítico y posteriormente claramente identificado en contra del “catrín”.

Para bien o para mal, la suerte de Mexico está echada: personalmente yo no grito “Buena con el catrín!”. En un país en donde “hasta el más pelón se hace copete” Peña Nieto tiene que demostrar que más que una cara bonita, tendrá que cumplir con sus promesas y demostrar que el regreso de su partido al poder no significa el triunfo de la lotería priista.

 

 

 

lunes, 25 de junio de 2012

La ventana rota.

Pedí un ascenso en el mostrador de Alitalia, sabiendo que las posibilidades de obtenerlo eran mínimas y para mi sorpresa, me lo dieron; esa tarde había llegado al aeropuerto de Atlanta procedente de Monterey; conectaba hacia Milán, aunque mi destino final era Cairo. Disponía de una hora y media para comer. Después de documentar mi maleta y pasar por la banda de seguridad, caminé por los pasillos del aeropuerto hasta que el olor de un pequeño local de comida italiana me detuvo; me instalé en una mesita afuera del lugar; mientras comía un trozo de pizza y bebía despacio una cerveza helada, me dediqué a observar a los pasajeros; después de un rato, pagué la cuenta y me encaminé a la sala de espera. A las 4 pm anunciaron que empezaríamos a abordar y fui de los primeros en formarme en la fila. Al ingresar al avión busqué el asiento 2A. Me senté en una amplia butaca de piel color beige pegada a la ventanilla. Una azafata muy joven, esbelta y morena, que vestía una falda azul marino, blusa blanca y una acinturada chaqueta color verde mar, me pregunto si deseaba tomar alguna bebida. Llevaba su cabello recogido con energía en una restirada cola de caballo y un collar de oro macizo acentuaba su delgado cuello; le pedí una copa de vino tinto.

 

Durante mis viajes, especialmente en los vuelos largos, he enfrentado el eterno dilema de ¿quién será mi compañero de asiento? Destacaba entre los pasajeros que ingresaban al avión formados en fila, era un hombre de edad madura, sus ojos intensamente azules brillaban como pulsación de mar a mediodía, su nariz era prominente y aguileña, su cabello nevado apenas se distinguía de su piel blanquísima, casi transparente; a pesar de su edad, su complexión era atlética, vestía con una almidonada camisa blanca de manga larga y un pantalón Dockers color beige claro; tenía un aspecto determinante y enérgico. Al aproximarse, observé su reloj, era un Rolex de oro amarillo y un anillo de graduación del mismo tono. Tenía el asiento 2B  y mientras colocaba su maletín arriba, en el compartimento de equipaje, aspiré sin proponérmelo, el aroma del suavizante Bounce de su ropa recién lavada; el hombre se sentó y  extendió su mano amistosamente: “me llamo William”.

 

“Bill Bratton” le respondí y agregué: “Mucho gusto, yo me llamo Luis”. “Luis, ¿cómo sabes mi nombre completo y cómo sabes que me dicen Bill?” me preguntó con ojos de asombro. “Ah es que soy mitad brujo y mitad adivino”  respondí entre risas; “No, la verdad es que te vi llegar esta mañana a la sala de abordar de American Airlines en el aeropuerto de Monterrey; volamos en el mismo avión a Atlanta; durante el vuelo leí el periódico y vi tu foto; me enteré que participaste como expositor en el Foro Internacional de Liderazgo organizado en Cintermex”. “Ah, sí” respondió.” Estuve un par de días en Monterrey y ahora vuelo a Milán a dar una plática en un congreso sobre liderazgo y Política”. “Te quedaras también en Milán? me preguntó Bill. “No, yo voy a Cairo a dar una charla sobre educación y uso de tecnología en un Congreso que organiza el Ministerio de Educación de Egipto, para países de África” respondí y aquello fue el inicio de una conversación fascinante que duro más de cuatro horas.

 

Bill Bratton es uno de los líderes en seguridad pública más importantes del mundo; trabajó como Director General del Departamento de Policía de Nueva York, designado por el Alcalde Rudolf Giuliani. Sus logros le valieron el reconocimiento internacional al poner en práctica la política de Cero Tolerancia y reducir al mínimo la delincuencia y la violencia en la Gran Manzana.  Bratton fue pionero en el uso de tecnología computacional para rastrear delincuentes, llamado CompStat, que sería adoptada inmediatamente por todo el sistema de seguridad norteamericano; impulsó el concepto de diversidad étnica en su fuerza policíaca, mantuvo una estrecha relación con los ciudadanos respetuosos de la ley, erradicó la corrupción en la policía, y diseñó fuertes medidas y cero tolerancia contra las pandillas. El resultado de todos estos factores fue la revitalización de la policía y la reducción casi al mínimo de la inseguridad en  la ciudad de Nueva York.

 

La contribución más importante de Bratton fue la aplicación de los principios de la Teoría de la Ventana Rota, basada en la investigación de Philip Zimbardo, que hizo un experimento: romper una ventana en el barrio de Bronx y dejar desatendido este hecho. El resultado fue que en poco tiempo, el lugar fue destruido totalmente. Una ventana rota es una señal de que el orden importa poco. Una ofensa, aunque sea menor, no debe ser tolerada. Si la autoridad permite que pandilleros y narcotraficantes de apoderen del control de la comunidad, éstos desarrollan una atmósfera intimidante para el ciudadano y muy pronto sobreviene la anarquía. Si la autoridad en vez de actuar espera a que ocurran delitos más graves, el ciclo de la violencia se acentuará y poco después, se perpetuará. Dormí escasas cuatro horas antes de aterrizar en Milán; la conversación con Bretton me mantuvo con los ojos abiertos. Hoy recuerdo esta conversación con nostalgia por la situación que se vive en México, que lamentablemente declaró la guerra al narcotráfico cuando era ya un cáncer que había devorado las entrañas del país, sin tener una policía debidamente entrenada, sin las armas adecuadas y careciendo de la estrategia correcta para hacerle frente. Desafortunadamente, a México le rompieron mucho más que una ventana hace mucho tiempo…  

 

 

 

 

 

lunes, 18 de junio de 2012

El cartero de Neruda y la impaciencia...

La brisa fría de aquel día de Abril de 1995 en Cincinnati me golpeó la cara. Eran poco mas de las 3 de la tarde y caminaba con dificultad entre la nieve, tratando de mantener el equilibrio para no resbalarme; una tardía nevada la noche anterior había pintado de blanco los tejados de las casas y una capa de hielo continuaba adherida en las calles y aceras; yo acababa de defender mi tesis doctoral ese mediodía; la presión de cuatro y medio años de estudio se los había llevado de pronto aquel viento helado. Mi tesis de 350 páginas que me había quitado el sueño durante muchos meses, era ya historia; una sensación mixta me apretaba el pecho: era una mezcla de felicidad y desconcierto. Sentía ganas de gritarle al mundo que jamás regresaría a la escuela, que había llegado el momento de cobrarle caro a la vida lo que la vida me debía. Me había estacionado esa mañana en la Avenida Clifton. Al llegar a mi auto, decidí permanecer un tiempo más en la universidad y saqué varias monedas de mi bolsillo; una a una, las deposité  en el parquímetro hasta completar dos horas y media. Estaba decidido a disfrutar la dicha de perder el tiempo.  Mi espíritu libre y aventurero necesitaba una actividad fuera de la rutina, para darle el ritmo y sentido a mi alma; continué caminando hasta llegar a la esquina, esperé a que el semáforo se pusiera en rojo y crucé  la calle; en la acera de enfrente, había una pequeña sala de cine.

 

Pocas películas me han conmovido tanto como “Il Postino” película basada en la novela Ardiente Paciencia del escritor chileno Antonio Skarmeta. Esa tarde me dejé llevar por la ingenuidad del personaje Mario Ruoppolo, el cartero que rompiendo la tradición familiar, renuncia a ser pescador al igual que su padre y su abuelo y consigue un empleo: llevar diariamente en su bicicleta, la correspondencia a la casa del Poeta Pablo Neruda. Aunque habia muy poco en comun entre aquel joven casi iletrado y el Poeta, surge una amistad entre ambos y mediante los versos y metáforas que el poeta chileno le comparte al cartero, éste consigue conquistar el amor de la bella Beatricce Ruso, a pesar de la fuerte oposición de la tía, dueña del restaurant en donde la joven trabaja como mesera. La película, realizada con un bajo presupuesto y contando con un modesto reparto con actores desconocidos despierta la atención mundial dada la candidez narrativa de la historia. Poco después de mi graduación doctoral, regresé a Monterrey y algunos meses después, tuve el privilegio de conversar personalmente con el escritor Antonio Skármeta.

 

La cita fue en el café del Museo Marco y hasta ahí llegó el novelista, de complexión robusta, con lentes, calvo, con un grueso bigote canoso y una amplia sonrisa, me saludó con mano firme; vestía con un saco azul marino y botones dorados, una camisa blanca con finas rayas azules, pantalón gris Oxford y zapatos color vino.  Un serio mesero con gesto adusto y guantes blanquísimos se aproximó a nuestra mesa y nos sirvió solícito un aromático café recién hecho y colocó en medio de la mesa un plato pequeño con galletas. “Jamás había visto este tipo de pastas secas; ¿son típicas de Monterrey? Me preguntó el escritor. “Efectivamente” le respondí; se llaman “hojarascas”. Su sonrisa amigable me animó a hacer la primera pregunta: ¿Por qué decide Antonio Skármeta ser escritor?  “porque creo que vale la pena dejar un testimonio de mi percepción de la vida, del mundo y de las cosas que para mí son cercanas: mis amigos, mis amores, mi fantasía verbal, mis ansias de comunicarme. Muy tempranamente descubrí que las palabras tienen un elemento seductor y este es el elemento esencial de mi novela titulada Ardiente paciencia que más tarde se convertiría en la película Il Postino que ese tradujo como El cartero de Neruda”.

 

Concebido originalmente como guion para la radio alemana, Ardiente Paciencia fue escrita en el exilio. Después de la caída de Salvador Allende el escritor sale a Argentina y posteriormente se instala en Alemania; fue en ese país en donde escribe su guion radiofónico y posteriormente, decide convertirlo en guion cinematográfico y se traslada a Portugal, para filmar la primera versión de la película, sin alcanzar el éxito;  en 1994 el director Michael Radford lo intenta por segunda vez;  la película Il Postino, se hizo acreedora, para sorpresa del propio autor, a 25 premios en diferentes festivales, incluyendo un Oscar; los años posteriores al éxito de la película fueron especialmente difíciles para Skarmeta quien ante el crecimiento de las expectativas de la crítica y de los lectores, prefirió guardar silencio. Pasarían varios años para que éste publicara su siguiente novela; tal vez por ello, me animé a hacerle una pregunta provocadora: ¿Cuál fue su intención creativa al escribir Ardiente paciencia? “La intención básica fue vincular poeta y pueblo en una especie de paraíso perdido que yo sentía que Chile era, desde la perspectiva del exilio; específicamente, en Ardiente Paciencia tuve la intención creativa de forjar un personaje en donde el corazón de héroe latiera al ritmo del corazón colectivo” añadió Skarmeta.

 

“Que ironía“ respondí,  y el escritor al escucharme, abrió los ojos desconcertado; me pareció pertinente proseguir y explicar: “Su respuesta me parece irónicamente triste al saber que precisamente el corazón de Massimo Troisi, el actor que encarna al protagonista de la película, dejó de latir doce horas después de haber concluido la filmación de la película. Se sabe que Massimo tenía programada una cirugía a corazón abierto y decidió posponer la operación, para no suspender las actividades del rodaje; lamentablemente Massimo murió de un infarto fulminante en la casa de su hermana.  “Es verdad, doctor” respondió Skarmeta; “fue la muerte y su ardiente im-paciencia…” dijo parafraseando el titulo de su famosa novela. Al escucharlo, asentí y dí el último trago a mi taza de café cuyo sabor me supo inexplicablemente amargo. El tiempo de conversación había transcurrido rápidamente; después de una breve pausa entendí que era el momento de decir adiós. Salí del Museo Marco a buscar mi auto, me había estacionado en la calle Zuazua; al doblar la esquina, la brisa ardiente de aquel día de Abril de 1996 en Monterrey, me golpeó la cara…

 

 

 

 

 

sábado, 9 de junio de 2012

Calidad de exportacion...

“Donde te estacionaste, Kike?” le pregunté a mi alumno que había llegado de Monterrey para estudiar su certificado en Mercadotecnia Digital en Miami.  Tenía unas cuantas horas de haber llegado a la ciudad. Enrique y yo habíamos decidido ese día, reunirnos para almorzar en South Beach. “Lo dejé en un estacionamiento, Doc” me respondió con una amplia sonrisa. “Ah muy bien; ten en cuenta el tiempo, porque normalmente en Miami Beach es muy caro estacionarse” le dije buscando alertarlo. “Yo no pagué nada; lo dejé en un lugar que decía Public Parking ”. No pude menos que sonreír ante la ingenuidad. “Mira Enrique, regresa y paga, y que te quede claro, aquí en Miami, nada es gratis” le respondí.

 

Cada semestre recibimos un grupo de alumnos que llegan a estudiar  diplomados en áreas de negocios durante seis meses y a aplicar sus conocimientos a través de una práctica profesional en diversas empresas de Miami.  Normalmente empezamos con una sesión de orientación en donde hablamos sobre la vida diaria en Miami, las características y exigencias del programa académico, así como las responsabilidades que implican trabajar de tiempo completo en una organización en los Estados Unidos. Al llegar, veo siempre los ojos de mis alumnos; siento su emoción de iniciar una aventura, palpo la serie de ilusiones que cargan en su maleta; intuyo también la mezcla de dolor de haber dejado a sus familias, a su grupo de amigos, su vida cómoda y placentera, pero a la vez, soy consciente del sentimiento de aventura que experimentan al empezar una vida nueva en un país extranjero,  lejos de casa.

 

El primer día de clases imagino que llevo conmigo dos manzanas: en mi mano derecha, una manzana fresca, recién cortada; en mi mano izquierda, una manzana artificial de plástico rojo. ¿Cuántos de mis alumnos se verán representados en aquella manzana real?  ¿Cuántos de ellos a través de la experiencia se tornaran en una manzana roja, fragante, dulce, nutritiva y jugosa? ¿Será que algunos, al igual que la manzana de plástico se quedaran así, sin lograr cambio alguno? en la mayoría de los casos, esta experiencia transforma sus vidas. A través de las semanas y los días, los alumnos enfrentan distintos dilemas: a administrar su tiempo y recursos; a cocinar, a lavar  ropa, a interactuar con compañeros de casa con personalidades tan distintas, a realizar tareas, a desvelarse, a combinar el trabajo con el estudio,  a soportar la presión y la competencia, a realizar trabajos en grupo, a redactar ensayos y a responder exámenes en un idioma extranjero, a enfrentar en pocas palabras una dimensión tremendamente real: la vida profesional.

 

He visto a mis alumnos abatidos, preocupados, cansados, frustrados; he visto a otros desarrollar una disciplina que antes no tenían; he sido testigo también que algunos se pierden a lo largo del camino. Sin embargo, la gran mayoría, disfruta tremendamente de un sentimiento maravilloso al final de esta jornada: obtener el anhelado diploma que acredita una certificación profesional lograda en el extranjero.

 

El jueves pasado celebramos la ceremonia de entrega de Diplomas para la generación Enero-Junio de 2012; los estudiantes llegaron al evento luciendo una amplia sonrisa; vi en sus ojos la satisfacción de haber concluido exitosamente una etapa importante en su formación profesional. Los acompañaban sus profesores y un nutrido grupo de representantes de las empresas que abrieron sus puertas para ofrecerles una práctica profesional. Al verlos llegar, recordé aquella noche que les conocí  en la sesión de orientación. Veinticinco de veintiocho alumnos que llegaron en enero, se convirtieron en manzanas fragantes, maduras y rojas. Cerré mis ojos y respire tranquilo; efectivamente,  todos ellos son un producto con calidad de exportación…