martes, 2 de octubre de 2012
Quien dice yo?
Hace treinta y cinco años empecé a dar clases; mirando hacia atrás, observo que no solo los alumnos han cambiado, sino que la construcción del aprendizaje se ha transformado radicalmente. Resulta difícil de creer que la memorización de información y tomar exámenes que miden los conceptos adquiridos a través del almacenamiento de información, constituyen aun en muchas escuelas, la única forma de aprender. Esta época requiere de respuestas contundentes, de preparar a nuestros alumnos a enfrentar un mundo más conectado, informado y retador. La pregunta es muy simple: ¿cómo lograr que el aprendizaje sea más “engaging”? ¿cómo lograr la interacción, la colaboración, y el constructivismo del alumno en el aprendizaje?
Indudablemente nuestros jóvenes accesan, construyen, visualizan y comparten información 24/7 y lo hacen de forma completamente diferente a la que se hacía décadas atrás. La cantidad y los tipos de información creados y compartidos han crecido exponencialmente y se requiere de habilidades que preparen al profesional a enfrentar los retos del trabajo que no necesariamente empatan con las habilidades que se enseñan en ambientes educativos tradicionales. Es imperativo crear y diseñar un totalmente nuevo ambiente de aprendizaje, que logre romper el paradigma de la enseñanza tradicional basado en la memorización de datos.
Varias acciones han de ocurrir para poder lograr la transformación del ambiente de aprendizaje: una y tal vez la más importante es la interacción entre varios sectores: las universidades, las organizaciones, la sociedad civil, las instituciones, los educadores, los estudiantes, los políticos, los tecnócratas, los investigadores; la idea es arriesgarse a salir del claustro e interactuar para poder definir juntos expectativas y habilidades que se requieren para enfrentar y dar respuesta a las necesidades del mundo laboral del Siglo Veintiuno.
Otra acción imperativa es la apertura por parte de los docentes, especialmente aquellos ubicados en la categoría de “maduros” para entender y utilizar tecnología en el aula; valorar cómo la comunicación on line, la colaboración y la tecnología digital pueden jugar un papel determinante en las dimensiones de aprendizaje social, de comportamiento, cognitivo y constructivista.
Personalmente, me emociona la idea de diseñar y desarrollar una aplicación que combine las actividades de interacción y apoyo al aprendizaje de una forma efectiva y apropiada aprovechando las características interactivas disponibles en los equipos de computación y comunicación de hoy; incorporar por ejemplo un modelo de aprendizaje a dispositivos móviles: tabletas, teléfonos inteligentes, así mismo, me emociona tambien diseñar un modelo de negocios for profit y non profit o bien hibrido, para lanzar y escalar esta solución nacional o internacionalmente. Tengo tiempo y ganas…¿Quien le entra? ¿Quien dice yo?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario