martes, 27 de diciembre de 2011

Lo mejor de la vida...

Y me he quedado solo, sin despegar los labios, en mi sitio.

                                                                                     Leon Felipe.

Esta semana he hojeado con nostalgia un álbum de fotos que guardo celosamente en mi oficina; este álbum registra un fragmento de mi vida profesional en México, específicamente el período comprendido entre 1995 y 2003, años en los que tuve el privilegio de entrevistar y conversar con reconocidos líderes mundiales, y transmitir esas conversaciones via satélite a los sitios de recepción de las sedes de la universidad virtual en America Latina, buscando enriquecer los contenidos de las clases de nuestros alumnos y poniéndolos en contacto con esos grandes pensadores a través de diversos medios de interacción. Me dio escalofrío ver algunos rostros sonrientes y triunfales de esas celebridades; muchos de ellos tuvieron en aquellos años poder, fama, fortuna, disfrutaban del elogio, de las mejores amistades y de los contactos más influyentes, y en un parpadeo se vieron arrastrados al exilio, la cárcel o la muerte. He llegado al final de 2011 con una conclusión: La vida es frágil y transitoria, nada es definitivo ni permanente; lo único cierto en nuestra existencia es el cambio.

Aplicando este principio a nivel macro, los acontecimientos ocurridos en este año que lo confirman: Las antiguas potencias del mundo han sido insuficientes en 2011. Las imágenes más escalofriantes son las de los tiranos caídos: Mubarak y Gadafi. Asimismo, ha causado conmoción la evidencia del alto índice del desempleo y la pobreza en la que vive una vasta mayoría americana. Fue también en este año que Standard & Poor's, una de las fuertes agencias de rating, le quitó la máxima clasificación triple A a la deuda de EE UU. Este año nos hizo ver lo nunca visto: Una oleada revolucionaria ha quebrado los cimientos del poder. Las generaciones conformistas habituadas a los años de abundancia se han convertido en agitadores indignados que han ocupado calles y plazas desde Europa hasta Estados Unidos como no se había visto desde 1968. Estados Unidos ha ido dando una y otra vez con los límites de su fuerza dividida por un bloqueo institucional que impide recortar su déficit e impulsar la creación de puestos de trabajo.

Nunca antes podíamos sospechar que la aceleración pudiera tener explicaciones tecnológicas. Es lo que sostienen muchos expertos, apoyados en el papel que han jugado los teléfonos móviles y las tecnologías digitales en estos terremotos políticos. Las redes sociales, Twitter y Facebook sobre todo, han estallado en número de usuarios y en relevancia en todos los ámbitos, pero han destacado como instrumentos de organización y comunicación viral en los movimientos de los indignados y en las revueltas árabes. También ha sido el año de la transparencia; aunque la publicación de los papeles del departamento de Estado por Wikileaks se inició el año anterior, el 29 de noviembre, sus efectos y secuelas, incluidos los que ha tenido sobre la primavera árabe, pertenecen a 2011; la filtración protagonizada por la cadena de televisión catarí Al Yazira dinamitó lo poco que quedaba del proceso de paz entre israelíes y palestinos. Un mayor acceso a las informaciones y un incremento de la conectividad, debidos ambos a la tecnología, no pueden pasar sin consecuencias. El mundo de 2011 es especialmente eficaz en comunicaciones y los efectos sobre las opiniones públicas y las nuevas generaciones, en los nativos digitales ante todo, son fulminantes.

La tecnología jamás ha sido neutral. Puede servir para hacer revoluciones y para sofocarlas, para mejorar la democracia o para liquidarla. Una guerra silenciosa y subrepticia, que puede suceder y vencerse sin que nadie lo perciba, se ha ido situando este año en el centro de la actividad militar. Estados Unidos, mientras completa su retirada de tropas de Irak y prepara la salida de Afganistán, incrementa su actividad sigilosa en la región, incluida una guerra secreta contra Irán para obstaculizar su ascenso armamentístico y sus ambiciones atómicas. El despliegue tecnológico y el repliegue geoestratégico son la cara y la cruz de los Estados Unidos, desgastado por el decenio de guerra global contra el terror y carcomido por el peso de la deuda y del déficit público.

2012 es un año de redefinición. Muchos conceptos útiles hasta 2011 no sirven a partir de ahora; todo indica que ha terminado mucho más que una época.  Cerré mi álbum de fotos y busqué sobreponerme a mis reflexiones, intentando vencer mis ganas de llorar, en la soledad de mi oficina, conmovido ante lo mucho que la vida cambia; suspiré hondo y dije en silencio, imitando la frase famoso coronel, personaje de Garcia Marquez en su novela El Coronel no tiene quien le escriba: “Ah, a pesar de todo, la vida es la mejor cosa que se ha inventado”. Sin embargo,  a la hora de escribir este artículo, he decidido corregir la frase del coronel: en 2012 es necesario es ir más allá: lo mejor de la vida es nuestra capacidad de soñar para reinventarla, y debemos empezar por reinventarnos a nosotros mismos, así, callados y sin avisar, que es como mejor suceden estas cosas.

 

 

 

lunes, 19 de diciembre de 2011

Callejon sin salida.

Me he enterado a través de los medios tradicionales y de las redes sociales, del escaso interés por la lectura y del pobre dominio del idioma Inglés de Enrique Peña Nieto, candidato del PRI al gobierno de México; por estos tropezones hay expertos que aseguran que el candidato bajará  en los índices de preferencia electoral, peligrando tremendamente su eventual triunfo en las urnas. Yo no estoy tan seguro. Cuentan algunos autores que cuando el candidato a presidente de los Estados Unidos Adlai Stevenson estaba en campaña frente a Dwight Eisenhower, una señora le dijo después de una reunión, “cualquier persona pensante votaría por usted”, y que él replicó “señora, no es suficiente, yo necesito una mayoría”.

Menciono esta anécdota porque a la hora de votar, las emociones resultan ser decisivas, mucho más que el cálculo racional. La inmensa mayoría de los votantes se orienta por sus emociones. En estos tiempos, ¿quien se toma el tiempo para realmente decidir por quién votar después de leer programas políticos de los candidatos? ¿Qué hacer entonces para ganar las elecciones? En principio, buscar a los expertos en ciencias cognitivas y neurociencias que nos digan cómo funcionan las entrañas de los ciudadanos, y a continuación escribir una historia que permita conectar los sentimientos de los votantes con los intereses del partido o del candidato; posteriormente, armar una buena campaña de mercadotecnia política, que cuente la historia.

Los partidos políticos buscan optimizar sus recursos (en los últimos años, impulsados por estrategias de mercadotecnia digital) para ganar elecciones a cualquier precio. Para lograrlo, hay que saber contar la mejor historia. Decía García Márquez  “la vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”, y si construimos el relato de nuestra vida a la hora de contarla, ¿cómo no se va a construir una historia de un partido que quiere ganar las elecciones, buscando un comienzo, una trama y un futuro que emocionen a la mayor parte del electorado? De igual manera, se construye una historia sobre el partido contrario, que intenta ser, claro está, una leyenda negra, con un origen tenebroso, unas actuaciones deplorables y un futuro aterrador. ¿Para qué sirven las historias en estos casos? Para que cada quien se identifique con uno de los equipos que compiten, vista su camiseta y sienta que "esos son los míos y yo no pertenezco a los otros”. Me pregunto qué historias están contando los partidos en México en este momento; por más que le pienso, los partidos encontraran difícil construir historias positivas creíbles, y será más fácil para partidos y candidatos apuntar con el dedo y destruirse unos a otros; si a esto le sumamos la ausencia de liderazgo, creo que en nuestro país estamos llegando a un callejón sin salida…

 

 

 

 

 

domingo, 11 de diciembre de 2011

Mujeres...pésele a quien le pese.

Este próximo lunes tendremos la ceremonia de graduación de nuestro programa de certificados internacionales en Miami; durante el fin de semana revisé proyectos, exámenes, y finalmente estuve calculando promedios y notas finales. Noté el nivel de excelencia de las alumnas, que en términos generales, obtuvieron mejores notas que los alumnos. Cada vez son más las mujeres que optan por títulos universitarios, cargos políticos o liderazgo en empresas. En los últimos 30 años, las mujeres latinoamericanas han aumentado su participación laboral de un 35% en 1980 a un 53% en 2007, según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

A primera vista sorprende, pero no es difícil comprender por qué una región tan entregada a los caudillos tiene también una amplia participación femenina en la política, la literatura y la cultura de América Latina. Y la lucha contracorriente de las mujeres latinoamericanas no es un fenómeno reciente. "Opinión, ninguna gana / puyes la que más se recata / si no os admite, es ingrata, / y si os admite, es liviana", escribió a los hombres una airada sor Juana Inés de la Cruz en sus famosas Redondillas.

No se concibe América Latina sin los versos de Gabriela Mistral; sin la crónica de Elena Poniatowska; sin los trazos de Frida Kahlo; sin la determinación de Josefa Ortiz de Domínguez, Eva Duarte de Perón o Violeta Barrios de Chamorro. La presencia de la mujer en la vida política, económica, cultural y social de América Latina ha ocupado un sitio especial e influyente a través de los siglos.

El avance de la mujer es evidente. La desilusión y los embates del machismo no han desanimado los impulsos artísticos de las latinoamericanas. Más bien al contrario. La mexicana Elena Garro, primera esposa de Octavio Paz, es considerada una de las mejores escritoras del país. Su novela Los recuerdos del porvenir es comparada con el laureado Pedro Páramo de Juan Rulfo. Sin embargo, el reconocimiento no lo recibió en vida. Su divorcio de Paz en 1959 la relegó de la comunidad literaria mexicana. Murió en bancarrota, a los 77 años, en la casa de Cuernavaca donde vivía con su hija y 37 gatos.

Hay dolor, pero también dignidad, detrás del mejor arte y pensamiento latinoamericanos producidos por mujeres. La poeta uruguaya Juana de Ibarbourou murió en 1979 tras una vida marcada por la violencia doméstica, la adicción a la morfina y las penurias económicas. La pintora Frida Kahlo era criticada en su tiempo por elegir un formato pequeño en la época de los grandes muralistas mexicanos. Su frágil salud, su anhelo frustrado por ser madre y las incontables infidelidades de Diego Rivera inspiraron algunas de sus obras más aplaudidas, pero también más desgarradoras.

En equidad aún queda mucho camino por recorrer. Pese a todo, la mujer latinoamericana no agacha la cabeza. La guerra, en algunos casos, ha propiciado la aparición de líderes y activistas como Rigoberta Menchú en Guatemala o Ana Córdoba en Colombia, asesinada en junio pasado en Medellín. Solamente la muerte pudo impedir que continuara exigiendo justicia por la muerte violenta de su esposo y dos de sus hijos. Y no debe de sorprender, si en Latinoamérica es la mujer quien trabaja la tierra, la que defiende a los suyos y la que no se calla ante la injusticia. Me llena de satisfacción escribir estas líneas y reconocer que la mujer latinoamericana camina con paso firme, pésele a quien le pese.

 

 

martes, 6 de diciembre de 2011

La camiseta equivocada...

El olor a hamburguesa al carbón me despertó el apetito; un hombre blanco y corpulento, calvo, con una colorida playera anaranjada y chanclas color turquesa volteaba la carne con la habilidad de malabarista; la gente se desparramaba en comodas sillas a los lados de las angostas calles del estacionamiento del Sunlife Stadium, comiendo hotdogs, papas fritas, tomando cervezas, era un masivo comedor interminable; si, era el famoso tailgate  que precedía a un partido entre los Dolphines de Miami y los Raiders de Oakland. Ignorante e inexperto de las tradiciones e implicaciones del color de la ropa que los americanos usan para apoyar a sus equipos deportivos,  decidí ponerme una camiseta negra ligera y fresca para ir al  juego. Hasta que llegue al estadio me di cuenta que colores de los fanáticos de los Doplhines son naranja y turquesa, mientras que los fanáticos de los Raiders utilizan el color negro; por lo que automáticamente fui tachado de enemigo de los locales, por llevar la camiseta equivocada. Este simple hecho me produjo varias complicaciones que aunque intrascendentes, fueron significativas y marcaron mi experiencia durante el partido. La primera fue cuando aprovechando el termino del ultimo cuarto de juego, subi a refrescarme un poco e hice fila para comprar una cerveza fría: varios fanáticos de los Dolphines, aunque en broma, al ver el color de mi camiseta empezaron a empujarme y a cantar en coro “Nana nana, nana nana, yeah yeah yeah, good bye” implicando que dado la diferencia enorme del marcador (Dolphines 34 y Raiders 16) carecia de sentido que aun estuviera en el estadio “apoyando a mi equipo”. La segunda dificultad ocurrió en las gradas, cuando los fanáticos de Oakland vieron que yo apoyaba y celebraba las buenas jugadas de los Dolphines; uno de ellos en tono molesto se acerco indignado y me pregunto: “de parte de quien estas? Se supone que deberías apoya a los nuestros”. Y la tercera ocasión fue cuando al salir, un fanático me aventó tres camisetas de  Dolphines y me dijo: “toma, te las regalo, para que te acuerdes de Miami”.

Aunque se perfectamente que estas tres dificultades son mínimas y fueron producto de la pasión futbolera norteamericana, puedo aplicar estos principios a la situación de discriminación que vivimos inmigrantes en este país, especialmente en los últimos años. Nada es peor para la convivencia que la escasez. La generosidad, el altruismo que tanto alardean los gringos, escasean cuando escasean el dinero y los puestos de trabajo. En épocas de crisis económica florecen la xenofobia, la crispación política, el proteccionismo y, en algunas partes, el racismo. Refugiarse en “los nuestros”, interpretar lo que sucede como una pugna entre “nosotros y ellos” y sentir que la gente distinta es una amenaza para la economía americana se vuelven reacciones comunes. La Historia nos cuenta del auge de movimientos políticos con ideas repugnantes y de decisiones gubernamentales que, en vez de aliviar la mala situación económica, la prolongan. Los ejemplos históricos sobran —desde la crisis económica que llevó a Hitler al poder, hasta tomar la decisión de EE UU de aumentar los aranceles a las importaciones cuando no debía, lo que agravó la Gran Depresión de los años treinta. Ojalá que la actual crisis económica no siga produciendo historias como las del ejecutivo de la Mercedes Benz de Alabama, que fue detenido por no llevar su identificación al conducir y que para sorpresa de la policía, no era un “indocumentado cualquiera” sino un alto directivo de una planta que da empleo a cientos de americanos en ese estado; creo que estamos hartos de leer reacciones que merecen estar en las páginas negras de los futuros libros de historia de inmigración de este país, por el solo hecho de traer la camiseta o el color de piel equivocadas.

 

 

 

 

 

 

lunes, 28 de noviembre de 2011

Doy gracias.

En estos días de asueto, con motivo de las fiestas del Día de Gracias he tenido la oportunidad de reflexionar y ver en perspectiva que momentos han sido fundamentales en mi vida, por los cuales yo daría las gracias; entre varios, identifico dos: el día en que empecé a leer, gracias al esfuerzo y enseñanza de mi abuela y el día en que mi madre me regaló una maleta.

 

Leer me pareció desde el principio un acto de magia: repentinamente, a la edad de cinco años, los signos cobraron vida y se transformaron en una realidad completamente distinta a la mía; leer era internarme por laberintos que me conducían a mundos desconocidos, lejanos y exóticos; inicie mis lecturas con libros de viajes: leí a Marco Polo, a Jules Verne, a Virgilio y a Homero; las historias fabulosas que ahí se me presentaban hacían que cerrara mis ojos y huyera de aquel minúsculo pueblo donde yo vivía. La lectura me trasladaba con alas hasta aquellos sitios y me deleitaba imaginándome navegar entre aguas furiosas o volar entre aquel cielo límpido, en medio de nubes de algodón blanco.

 

Posteriormente, me incliné por la poesía; leí Poemas de Garcia Lorca, Neruda, Mistral, Darío, Whitman, Rimbaud, Asis, Peza y muchos otros; mi abuela se encargó de que a través de la poesía, pudiera recorrer diversos continentes y tiempos históricos. Fue la lectura en definitiva, lo que años mas tarde, cuando aprendí a escribir, impulsó la idea de plasmar en textos, muchas de las vivencias que ahora atesoro; fue el prodigio de la lectura lo que motivó mi afán de escribir, para exorcizar los fantasmas que continuamente me rondan; la lectura ha sido el motor de mi escritura y mi salvación de la esquizofrenia.

 

El segundo momento trascendente en mi vida, fue a los 17 años, cuando vi a mi madre llegar a mi casa con una maleta; era una maleta de plástico gris, con un gran cierre metálico color cobre. “Toma” me dijo, “vas a necesitarla muy pronto ahora que te vayas a estudiar fuera”.  Tomé aquella maleta con algo de enfado: era una maleta barata,  que seguramente mi madre  había comprado en el mercado del pueblo. Al ver mi rostro, mi madre me dijo: “ya sé que no te gusta, pero es todo lo que podía yo comprar”. A los pocos meses, empaqué mi ropa, la metí en aquella maleta y tome un autobús que me llevaría a Monterrey.

 

Después de terminar la carrera empecé a trabajar y decidí darle a mi madre un regalo de Navidad; orgullosamente le entregué un cheque por quinientos pesos. Justamente en aquellos días, empacaba yo mis cosas porque había recibido una beca para estudiar la maestría en Estados Unidos. Antes de despedirme mi madre me dijo: “Te tengo un regalo” y me entregó una preciosa maleta Samsonite con mis iniciales.  Años más tarde supe que ella había gastado los quinientos pesos para comprarme aquel regalo. Más que las maletas, mi madre me dio su bendición para que yo buscara mi propio camino. He volado en esta vida gracias a su inspiración. Aquel mundo que leí e imaginé de niño de la mano de mi abuela, cobró sentido el día en que empecé a viajar y a caminar esta larga jornada de la vida. En estos días, recuerdo con emoción esos momentos y les doy las gracias… 

 

 

 

 

lunes, 21 de noviembre de 2011

Perpetuar el ciclo...

Jorge tenía tan solo 9 años cuando sucumbió al ataque sexual de Tony, un adulto de treinta años, casualmente el mejor amigo de su padre; Jorge lo conocía bien; juntos habían jugado infinidad de veces durante las tardes, después de hacer las tareas escolares; Tony aprovechaba cualquier oportunidad para comprarle helados y golosinas a escondidas de sus padres quienes cuidaban estrictamente la dieta de su hijo, evitando que éste comiera azúcar, especialmente antes de cenar; poco a poco, se estableció una relación de complicidad entre ellos y con esa estrategia se ganó su afecto. Aquella noche en la oscuridad, Tony le arrebató a Jorge para siempre, la capacidad de sentirse seguro, de soñar con un futuro feliz y de mirar de frente a sus padres; el niño quedó preso de fantasmas y de culpas; sumido en una depresión inexplicable, Jorge pasó el resto de su infancia y adolescencia buscando estar solo,  para lavar y enjugar mediante el llanto, la suciedad y la vergüenza, huellas indelebles del encuentro con aquel infame.

La reciente e incesante cobertura noticiosa de las acusaciones en contra de Jerry Sandusky, ex asistente del coach del equipo de fut bol americano de  Penn State University de haber abusado al menos de ocho menores de edad, afectan y hieren a un grupo en particular: a las víctimas de abuso sexual.“Ver las noticias sobre Sandusky ha significado recordar y detonar fantasmas” ”escribe un sobreviviente, en un foro de discusión en MaleSurvivor.org, un website destinado a buscar alivio de hombres que han sido víctimas de violaciones sexuales. “ Al ver en las fotos el rostro del coach, sentí nuevamente a aquel hombre corpulento sobre mí, y recordé mis manos crispadas arañándole la espalda, a la vez que luchaba por quitármelo de encima; estas noticias aturden mis sentidos, y me siento como un zombie que trata de volver a la vida, quisiera olvidar el pasado y caminar hacia adelante” agrega esta víctima.  “Nunca conocí a Jerry Sandusky, pero a la vez siento que lo conozco demasiado bien” escribe otro miembro del foro, refiriéndose al ex coach…“Yo me enfrenté a mi propio ‘Jerry’ cuando tenía 12 o 13 años…y ha pasado ya mucho tiempo de aquel suceso…aun no termino de recoger las astillas de aquel espejo roto”

El abuso sexual en el hombre tiene un impacto distinto. El hombre no se prepara para ser una víctima, sino para convertirse un ser humano fuerte y a menudo los hombres abusados por otros hombres ponen en duda su identidad sexual y su orientación. Hay un estigma inmediato: “soy gay o parezco gay, por eso me ocurrió a mí”. Otra diferencia que ocurre en los hombres jóvenes que son abusados sexualmente, es la excitación y erección que a menudo ocurre durante el acto de la violación y esta reacción les produce sentimientos de confusión y culpa. Finalmente, la denuncia de abuso sexual es más frecuente en mujeres que en hombres; el hombre acude en busca de ayuda profesional mucho mas tarde.

Jorge jamás se atrevió a contar a sus padres los detalles de aquella noche; pasó los años azules de su juventud en medio de dudas y angustia silenciosa; la escena del abuso se repetía una y otra vez en su mente, al principio con asco, luego con rabia, después con miedo y finalmente con deseo de que aquel incidente se repitiera. Años más tarde buscó ayuda profesional; lamentablemente ha sido incapaz de encontrar la salida; a pesar del tiempo transcurrido, las heridas siguen abiertas; aunque logró casarse, fue incapaz de sostener la farsa del matrimonio; el impacto de la violación le impedía gozar plenamente de su sexualidad y a los pocos años sobrevino el divorcio. Desde niño buscó refugio en la pintura como una forma de aliviar aquel infierno interno que lo devoraba. Pasaba largas horas pintando y desde entonces, sus cuadros surrealistas muestran un mundo oscuro y decadente, donde las pesadillas son más benévolas que la realidad atroz. Actualmente vive solo y se sostiene dando clases particulares de dibujo y pintura a grupos de mujeres; rehúye darles clases a niños, por temor a convertirse en un depredador y perpetuar el ciclo…

 

 

 

 

 

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lunes, 14 de noviembre de 2011

Maria en tierra de nadie.

Caía la noche allá arriba; habíamos despegado de la ciudad de México a las 4:30 de la tarde con destino a Miami, y al ascender, el sol se ocultó rápidamente atrás de una espesa capa de nubes. Antes de sentarme miré despacio a mi compañera de asiento: era una mujer madura, de evidente condición humilde, de piel cobriza, ojos tristes y unos surcos profundos en las comisuras de su boca. Observé que sus manos jugaban  nerviosamente con una argolla que llevaba en su dedo anular. Poco a poco, el avión se quedó en tinieblas; intuí su miedo a la oscuridad y le pregunté: ¿Quiere que encienda la luz? Si, por favor señor, me dijo quedamente. Estiré mi brazo y un destello de luz alivió nuestra penumbra.

“Me llamo Luis,” le dije, buscando distraerla. “Mucho gusto, señor, yo me llamo Maria” y empezamos la conversación. Maria era una mujer que había llegado a EEUU ilegalmente en el año de 2005. Originaria de Guatemala, al igual que miles de centroamericanas, recorrió México con la esperanza de cruzar la frontera hacia el llamado sueño americano; vivió una angustiosa travesía en ese viaje de 5.000 kilómetros, en la que ella y seis amigas que viajaban juntas fueron maltratadas y abusadas por autoridades, “polleros” y delincuentes, hasta que finalmente lograron llegar a la frontera y cruzar el desierto. “ya sabíamos a lo que veníamos”, dijo valientemente Maria “por eso antes de antes de dejar Guatemala, mis amigas y yo nos inyectamos”. 

Depo-Provera, un compuesto anticonceptivo de una sola hormona llamada medroxiprogesterona que impide la liberación del óvulo durante tres meses con una eficacia hasta del 97%. Este medicamento es vendido libremente en las farmacias centroamericanas. Algunos expertos han llamado al Depo-Provera la "inyección anti-México". Se estima que entre seis y ocho de cada 10 mujeres centroamericanas son violadas en su paso por México". Conscientes de que no pueden evitar ser violadas, las migrantes centroamericanas deciden inyectarse Depo-Provera, así, al menos evitan quedar embarazadas producto de las violaciones. Aunque eso no las previene de enfermedades como el sida.

Maria me contó que en su trayecto, fue capturada por Los Zetas. Entre llanto, me dijo que a cambio de dejarla con vida, le exigieron que trabajara durante un mes como cocinera y empleada de un "carnicero": "Es el que mata a las personas que no tienen a nadie que responda por ellos. Destaza a la gente, los mete en un barril y les prende fuego. Todos los crímenes y violaciones ocurren normalmente en la noche, allá en México”, me dijo Maria, “por eso le tengo terror a la oscuridad”. El mismo carnicero finalmente la contactó con un pollero que a cambio de favores, la ayudaría a cruzar la frontera y llegar a Estados Unidos. Después de tres años, Maria se casó con un afroamericano, quien le ayudo a regularizar su estatus. “Mi esposo es un ángel”, dijo; “me ha ayudado mucho y gracias a él, ya no estoy en tierra de nadie…”

 

 

 

 

lunes, 7 de noviembre de 2011

Si quiere queso...

En días pasados recibí un correo electrónico de la abogada que logró en diez meses conseguir mi residencia legal en este país; de record intachable, ella menciona con orgullo que hasta ahora no ha perdido ningún caso de petición de residencia en 15 años de ejercicio profesional, aunque por supuesto, me hizo sentir privilegiado, al aceptarme como cliente y me cobró por sus servicios “las perlas de la virgen”; “envíame tu curriculum y los nombres de los tres candidatos a los que solicitarías cartas de recomendación, y en un párrafo dime específicamente quienes son ellos” me dijo por teléfono, con su acostumbrado tono de voz de mando,  cuando la contacté. “Posteriormente yo te contactare para avisarte si tomo tu caso o no”. A lo largo de mi proceso desarrollamos cierta amistad y nos hemos mantenido comunicación a través de estos años; esta hábil abogada que hace de la crisis una oportunidad, está iniciando una nueva veta: realiza giras en varios países latinoamericanos para encontrarse con personas de clase alta que quieren hacer una inversión de $500,000 por la oportunidad de emigrar legalmente a Estados Unidos. El propósito de su correo electrónico era ver si estaba yo interesado en darle una base de datos con gente de ese perfil en México, por supuesto a cambio de un porcentaje por la información y por caso concretado.

La abogada me dijo que hasta ahora ha viajado a Colombia y Perú, y en hoteles de gran turismo, ofrece presentaciones sobre un tipo de visa popular entre los chinos y que ha ido ganando interés entre los latinoamericanos. En Venezuela, donde los ricos no quieren estar juntos en una habitación por temor a ser secuestrados, ella organiza reuniones individuales con clientes en sus casas. “Definitivamente hemos visto un crecimiento en interés de América Latina, lo cual atribuimos a la seguridad”, dijo. “Muchos de mis clientes antiguos ahora me llaman para pedir que les ayude con sus familiares, que me reúna con algún primo porque necesita salir del país”.

Miami se ha convertido en una meca para esta elite que quiere escapar de la inestabilidad política y la violencia relacionada con el narcotráfico. Al invertir $500,000 en una zona rural o de alto desempleo, o $1 millón en cualquier otro lugar, el inversionista extranjero y sus familiares reciben la visa condicional EB-5, la cual puede convertirse en un permiso de residencia permanente si la inversión genera al menos 10 empleos durante dos años.

Además, según los expertos, la recesión estadounidense ha contribuido a una industria creciente para la visa EB-5. Cada vez más empresas privadas están pidiendo la designación federal como centros regionales de EB-5, lo cual les permite combinar las inversiones de múltiples extranjeros a fin de financiar proyectos hoteleros o urbanísticos, entre otros, que no pueden conseguir préstamos tradicionales de los bancos.

Para el inversionista extranjero, solicitar una visa a través de un centro regional le permite vivir en Estados Unidos, matricular a sus hijos en escuelas y quitarse algunas preocupaciones de encima mientras otros supervisan su inversión y cumple con los requisitos de generar empleos.

“Es una manera de obtener acceso a capital”, dijo la abogada, una vez que decidí llamarle, para darle una respuesta a su petición: “Satisface la necesidad de este país de crear empleos y satisface la necesidad del inversionista de obtener una visa”. En meses recientes, la administración del presidente Barack Obama ha prometido hacer más eficiente el proceso de obtener las visas EB-5 a fin de incentivar la creación de empleos.

Hace tiempo decidí ser asertivo y no quedarme callado; “te agradezco por pensar en mi” le dije de frente; sin embargo estoy en franco desacuerdo. Imagínate el impacto de la fuga de capitales y el desempleo que causaría el éxodo de mexicanos ricos en la economía de Mexico, para beneficiar este país que maltrata a mexicanos menos favorecidos. Lo que me pides es desarrollar un intercambio injusto: Estados Unidos envía anualmente de regreso a miles de deportados y les importa un pepino separar a padres e hijos, y ahora quiere dar la bienvenida con los brazos abiertos a los mexicanos ricos dispuestos a invertir y apoyar la economía americana. Si estas interesada en apoyar a los paisanos deportados, cuenta conmigo; pero para esta iniciativa, te digo con franqueza que si este país quiere queso, que busque por otros medios salir de la ratonera… 

 

 

 

 

lunes, 31 de octubre de 2011

Antes, ahora y despues...

Este próximo mes de Diciembre, cumpliré ocho años de haber dejado México para radicar en forma permanente en los Estados Unidos; esa decisión ha sido una de las más complicadas, riesgosas y difíciles que he tomado en la vida. Dejar la zona de confort en mi país para empezar de nuevo en un sitio que aunque cercano es tan distinto en visión del mundo, sentidos de tiempo y espacio, orientación a la vida y al trabajo, valores, actitudes y creencias, ha sido un proceso lleno de retos. Mi propósito en este artículo no es hacer un “recuento de los daños” sino que es una reflexión de cómo era el mundo en el año en que dejé el país, cómo es ahora y que retos nos esperan para despues; por ejemplo, en 2003 no existía Facebook ni tampoco Twitter; por su parte, Youtube se preparaba a nacer. Wanadoo era la website mas visitada. Actualmente aunque Google sigue siendo la pagina líder, los vehículos derivados del Web 2.0 son los reyes de la escena: Blogs y redes sociales. ¿Que sigue? ¿Web 3.0, Web 4.0? ¿Qué implicaciones tiene el desarrollo de la Web Semántica  en nuestras vidas? Empecemos con algunos ejemplos de ayer y ahora:

1.      En 2003 a la gente de México le preocupaba la crisis económica; En 2011 les sigue preocupando la economía, pero en varias regiones del país les angustia además inseguridad y la violencia producida por el enfrentamiento entre el ejército y los carteles, así como el desempleo, la fuga de capitales y cerebros. En 2003 en EEUU la gente se preocupaba por las altas tasas de crédito de las tarjetas bancarias; actualmente les alarma el desempleo, les angustia el pésimo sistema de salud, la mafia de la industria farmacéutica y los obstáculos que deben enfrentar para adquirir seguro medico, el riesgo de que la seguridad social cubra las necesidades de los retirados, los recortes en presupuesto para educación, la crisis inmobiliaria, la división partidista y las próximas elecciones, así como el complicado estado de la economía norteamericana y mundial.

2.      En aquella época Blockbuster era el sitio más visitado especialmente durante los fines de semana; En este año, millones de cinéfilos bajan sus películas de sitios on line. Netflix se encargó de cambiar hábitos de consumo del cine en casa.

3.      Los teléfonos celulares en aquel año eran en blanco y negro; comenzaban las cámaras digitales y las opciones multimedia; En la actualidad los teléfonos inteligentes dominan el mercado. Nokia sigue fuerte, pero Samsung y Apple le han mermado el mercado. Obviamente el gran cambio radica en llevar el internet en nuestro bolsillo.

4.      Recuerdo haber ido a varias tiendas de música en México a comprar CD’s para oir música durante mi viaje por tierra hacia Florida; Hoy la música se oye en internet o en MP3 y Spotify se perfila como la forma actual de escuchar música.

5.      Las televisiones eran de tubo y la tecnología de pantalla plana era una promesa inminente; Actualmente HD y las tres dimensiones se han impuesto en los hogares.

6.      Al llegar a EEUU, específicamente a Florida en 2003, había un gran boom inmobiliario; se construían casas y apartamentos de día y de noche y se vendían como pan caliente. Hoy los precios de la vivienda siguen a la baja y lamentablemente he visto a mucha gente dejar su casa ante la imposibilidad de seguir pagando la hipoteca.

7.      El comercio electrónico estaba en pañales; la gente compraba en línea, lo hacía para adquirir sus boletos de avión, así como boletos para algunos espectáculos artísticos y deportivos; en 2011 los reyes de las compras en línea son los operadores turísticos (reservas de avión, hotel, seguros de viaje, restaurantes) así como los juegos de azar y las apuestas.

En estos días, las emergencias tienen al futuro asfixiado. La ansiedad creada por la crisis económica europea, las batallas políticas en EEUU, las convulsiones sociales en muchos países a la vez y la posible desaceleración del crecimiento de China son solo algunas de las preocupaciones sobre el futuro inmediato. ¿Cuáles serán algunas de las disyuntivas que moldearán el mundo en los próximos años?  Esta pregunta no es ociosa, sino que estimula reflexiones interesantes; solo pensar en posibles escenarios futuros y en los factores que los determinan, nos permite entender mejor donde estamos, hacia dónde podemos evolucionar y cuáles son los esfuerzos necesarios para acercarnos más a los escenarios positivos:

1) ¿Lograremos limitar el aumento de la temperatura del planeta a 3 grados Celsius o subirá hasta 8 grados o más? Si el incremento alcanza o sobrepasa los 8°, el planeta y sus habitantes enfrentarán realidades climáticas radicalmente distintas de las que hemos tenido hasta ahora. Este ya no es un debate. En los últimos 50 años, la temperatura promedio de la superficie del planeta se ha elevado 0.911 grados. Y el aumento de otros 3° es ya imparable.

2) ¿Cuántos países tendrán armas nucleares en 2020? ¿Ninguno? ¿25? Este es el número de países que, según los expertos, podrían tener bombas atómicas en las próximas décadas si se empeñan en desarrollar un programa con tal objetivo —y si el resto del mundo se lo permite. Hoy hay nueve.

3) ¿Cuál será el modelo de gobierno que prevalecerá en el futuro: democracias como en Europa, EEUU, India o Brasil, o regímenes autoritarios más parecidos a los de la China o la Rusia de hoy?

4) ¿Continuará la rápida expansión de la clase media que ha comenzado en esta década, en los países más pobres y poblados del mundo, o serán más bien la pobreza, la desigualdad económica y la exclusión las tendencias dominantes?

5) ¿Se consolidará el islam como una fuente de fricciones y conflictos o se renovará, transformándose en una fuerza de apoyo a la paz y estímulo al desarrollo? ¿Ofrecerá más oportunidades a las mujeres?

6) ¿Se desarrollará Internet como fuerza benigna que impulsa el desarrollo o será más bien una constante fuente de desestabilización ante el ensanchamiento de la brecha digital?

7) ¿Seguirá profundizándose la globalización, propulsada por tecnologías que atenúan la distancia y los costos de comunicación y transporte, y por políticas públicas que estimulan la integración internacional? ¿O, por el contrario, los desajustes y las convulsiones sociales producidos por la globalización nutrirán el nacionalismo y el proteccionismo, obstaculizando el movimiento de personas, productos dinero e ideas?

8) El poder económico, político, militar y social, ¿estará más o menos concentrado de lo que está hoy?

9) Durante el siglo XX surgieron una gran cantidad de nuevos países; en los años que siguen ¿habrá naciones fallidas y tendrán que desaparecer?

10) ¿Cual otra pregunta agregarías a esta lista?

 

 

 

 

 

 

jueves, 27 de octubre de 2011

Ojos de perro herido.

Vi sus ojos de perro herido; el hombre andaba por los tardíos cincuenta años,  traía la barba sin afeitar y un bigote de mosquetero antiguo; su pelo entrecano manifestaba algunas ondulaciones románticas; sus manos y dedos eran delgados y llevaba con dignidad un anillo de matrimonio en el dedo anular izquierdo; había dos signos que delataban su estado de salud: el cansancio de su piel y un rictus en su rostro que me confundía: podría ser producto de una falsa sonrisa o el resultado de un dolor punzante. Su camisa de rayas azules y el pantalón oscuro, lustroso habían conocido mejores épocas; el hombre era el vivo retrato de la derrota y parecía que sus años de esplendor y gloria habían pasado irremediablemente y solo le restaban los años de la muerte. Yo acababa de terminar  mi consulta aquella tarde con el Dr. Smith quien me acompañó a la salida; al despedirnos estrechó mi mano cordialmente y me dijo: “nos vemos el próximo mes”. Fue entonces cuando vi a aquel hombre de aura triste en la sala de espera del consultorio.

“Podría hablar con usted”? preguntó el hombre mirando con ojos lastimeros al médico que respondió de inmediato: “depende…quien es usted? su rostro me parece familiar”. “Soy un paciente y ya lo he consultado anteriormente” dijo el hombre. Al escucharlo, mi cerebro empezó a procesar inmediatamente el significado del sustantivo “paciente”. Si, el hombre había esperado pacientemente y sin chistar por dos horas según me dijo posteriormente la enfermera. “Ah, replicó el médico; quiere hablar conmigo? Haga una cita y entonces hablaremos”. El médico se dio la vuelta para regresar a su consultorio, cuando en hombre emitió un grito que parecía un aullido atroz: “traigo una arenilla atorada y el dolor me está matando, me urge hablar con usted”.

 

El médico replicó con frialdad: “si tiene dolor, vaya a la sala de emergencia del hospital más cercano”. “No” dijo el hombre, gritando fuera de sí; “en el hospital me harán estudios y análisis, me internarán al menos durante dos días, y al final, el seguro no me cubre todo, yo tendría que pagar al menos dos mil dólares y no los tengo. Prefiero pagar los trescientos dólares que usted cobra por consulta, es más, es todo lo que traigo en mi cartera” dijo el hombre. “Lo siento” dijo el médico “Si no tiene cita, no puedo atenderlo” y sin más contemplaciones, desapareció, internándose en aquel laberinto de consultorios. La enfermera intervino, ante la desesperación del hombre: “Doctor Smith, la Sra. Schwartz que tenia la cita de las tres de la tarde acaba de cancelar, ¿podría este hombre tomar su lugar? es una emergencia” balbuceó la enfermera. “De acuerdo con las políticas de nuestra clinica, si no tiene cita, no lo podemos atender; sin embargo por esta vez haré una excepción” dijo el Dr. Smith. “Páseme el expediente del paciente” le indicó el médico a la enfermera. “No lo tenemos, doctor; he enviado dos faxes al médico que lo atendía antes y no nos lo ha enviado” dijo nerviosamente la enfermera.

 

Que ha pasado en este país? En pleno 2011, tenemos un sistema de salud prehistórico. Es difícil de creer que las compañías aseguradoras dificultan en vez de facilitar la atención medica; es inconcebible pensar que los médicos aun solicitan expedientes de papel cuando los records podrían ser electrónicos e instantáneos, detallados con toda la información individual exacta; complicado también de entender la lentitud de la atención medica en casos de emergencia. Salí del consultorio del Dr. Smith pensando en las adivinaciones y posibles errores del diagnostico sin tener la información pertinente y el alto riesgo de negligencia y error a la hora de recetar medicamentos. Algo pasó en este país que ha impedido que los servicios de atención médica se hayan quedado retrasados por más de 100 años; me subí al auto y me estremecí al recordar aquellos ojos del paciente, ojos de perro herido…

 

 

 

 

 

domingo, 16 de octubre de 2011

Llamame!

Ya no recuerdo cuándo fue la última vez que escuché por parte de algún amigo una petición que antes era tan común: “échame un telefonazo”. Llamar por teléfono es una acción tan pasada de moda como enviar una carta escrita a mano, pegarle un timbre y echarla al buzón; ¿quien llama a estas alturas? Tal vez los padres, los abuelos, los jefes o los que hacen tele marketing. ¿Para que usamos nuestros teléfonos inteligentes? Para navegar y textear. “Textear es menos riesgoso” me dijo uno de mis alumnos. “Cuando hablo la voz me tiembla, las palabras se me atoran, la respiración me traiciona, los silencios me delatan” agregó; otro dijo: “no llamo porque eso me consume mucho tiempo”; una alumna me dijo sonriente: “yo no llamo porque tengo un plan telefónico de llamadas bastante limitado y me sale caro excederme en llamar”; lo cierto es que actualmente el acto de llamar por teléfono se ha re-codificado: es considerado algo intrusivo, invasivo, inoportuno y más aun, es un hecho comprometedor.  Actualmente dispongo de cinco maneras de ser encontrado por mis amigos, familiares y alumnos: teléfono, Skype, instant messenger, redes sociales y correos electrónicos. Ante tanta disponibilidad, confieso que como los jóvenes, he desarrollado el arte de la ambigüedad; en mis textos digo lo menos posible; he desarrollado lo que llamo una “economía del lenguaje”; por supuesto, he dominado el arte de usar emoticones, signos de puntuación  y siglas que antes eran casi incomprensibles para mi, tales como LOL, 2G2BT, BBB, WTF, :P, entre otros; he aprendido a tantear el terreno con textos, si no hay respuesta por parte de mi interlocutor, afortunadamente no tengo que despedirme, nomas me desaparezco y ya.

Al parecer, somos sujetos temerosos de las ataduras y a sentirnos comprometidos. Y, según observó Zygmun Bauman en su libro Vida de Consumo (Fondo de Cultura Económica, 2007), amamos las redes electrónicas porque llegan con un dispositivo de seguridad incluido: la posibilidad de desconexión es instantánea, inocua e indolora. Si la pregunta que me hace el otro es incómoda, o de plano no me conviene responder, me “sordeo”, me desconecto y listo. ¿Es que ahora las nuevas generaciones no hablan por teléfono? Ya no, en definitiva han encontrado un nuevo código de comunicación,  primordialmente por la economía del tiempo. Un SMS o un What's App nos ahorran el saludo, la introducción del tema, y la intromisión en la vida del otro. Un mensaje es una comunicación diferida, breve y telegráfica, que nos permite ser directos, sin sentirnos maleducados. Textear incluye la enorme ventaja de disponer de un margen de maniobra que carecemos en una conversación en la que los minutos de reflexión se convierten en silencios incómodos que revelan mucha información sobre nuestra postura. Y sí, hablar es peligroso. Una llamada puede delatar si te acabas de despertar, si estás en casa con amigos y te has bebido una copa, si has llorado o si estás impaciente por terminar la conversación. Muestra mucho más de uno mismo.

Algunos de mis alumnos y amigos reconocen que se dan el lujo de no contestar en esos raros días en que el teléfono suena. Estas son sus razones: "dado que hay identificador de llamadas, sabes quién llama, y uno evita a la gente que habla mucho, porque tienes que disponer al menos media hora en una conversación". Otra excusa es:"No respondo porque no tengo ganas de discutir, sé muy bien que la persona que me llama me hará drama y no estoy en drama mood". Inclusive, podemos argüir que no respondemos la llamada porque la persona "Espera que le de una respuesta concreta y no la tengo". "Prefiero el chat - dicen la mayoría de los jóvenes-  porque soy multitasking y mientras hablo puedo seguir con mis cosas, una llamada exige dedicación exclusiva". La diferencia entre llamar por teléfono y enviar un mensaje de texto o chatear es la misma que existe entre  "estar relacionado" y “estar conectado”. Las conexiones se ocupan sólo del asunto que las genera y dejan a los involucrados a salvo, protegiéndolos de todo compromiso más allá del mensaje enviado o leído. Las conexiones demandan menos tiempo y esfuerzo para ser realizadas y menos tiempo y esfuerzo para ser cortadas. La distancia no es obstáculo para conectarse, pero conectarse no es obstáculo para mantener la distancia. En fin, con esta idea concluyo, y si tienen algún comentario, por favor, llámenme…  

 

 

 

 

 

 

lunes, 10 de octubre de 2011

El guru de la manzana digital.

No permitas que el ruido de las opiniones ajenas silencie tu voz interior, y más importante todavía, ten el valor de seguir tu corazón e intuición, porque de alguna manera ya sabes lo que realmente quieres llegar a ser. Todo lo demás es secundario…

                                                                                                                           Steve Jobs.

 

Crecí en la época de la psicodelia, y a través de los años me he dedicado a apostarle a la educación como una forma de expandir mi conciencia. Al igual que el resto de mis contemporáneos, vivo viajando imaginativamente hacia el interior de mí mismo, en mi actividad profesional y personal. Tal vez por eso, la figura de Steve Jobs, nacido en esta misma época, fue siempre fascinante. Pragmático, excéntrico, seductor y poderoso fueron los cuatro ejes que caracterizan su vida. El aprendizaje más importante que obtuve de su trayectoria fue que en los procesos tecnológicos, desarrollar un modelo innovador de negocios es más importante que tener una idea genial. Jobs fue el perfecto intermediario híbrido entre el inventor y el consumidor. Sus productos no solo fueron eficientes y eficaces sino que cautivaron y sedujeron; logró desarrollar un enganche entre la marca y los usuarios, quebrantando cualquier paradigma sobre su estrategia de precios.

 

El mundo de Jobs, fue un mundo apoyado en los códigos de la cultura pop; especialmente con la música de los Beatles; Jobs nombró precisamente su empresa como la primera compañía disquera del cuarteto de Liverpool. Empeñado en la estética, la libertad y la diferencia, valores derivados de la cultura de la epoca, quiso que sus computadoras fueran un reflejo y mezcla de estos años; de ahí la esencia de su campaña publicitaria “Think Different” creada y lanzada en 1997. Uno de sus  comerciales,  filmado en blanco y negro, incluía a una serie de personalidades icónicas del Siglo XX: Albert Einstein, Bob Dylan, Martin Luther King Jr., John Lennon y Yoko Ono, Muhammed Ali, Mahatma Gandhi, Alfred Hitchcock y Pablo Picasso, entre otros. El texto del comercial decía así:

 

“Here’s to the crazy ones. The misfits. The rebels. The troublemakers. The round pegs in the square holes. The ones who see things differently. They’re not fond of rules. And they have no respect for the status quo. You can quote them, disagree with them, glorify or vilify them. About the only thing you can’t do is ignore them. Because they change things. They push the human race forward. And while some may see them as the crazy ones, we see genius. Because the people who are crazy enough to think they can change the world, are the ones who do. Apple Inc.”

 

Si pudiera pedir algo a Apple, seria que hicieran una segunda versión de esta campaña y que incluyeran en esta lista de líderes a este creador visionario y rebelde; su obra y legado hacen imposible que podamos ignorarlo; su genialidad cambió el destino de varias industrias y su manzana con los colores de arco iris resplandece más viva que nunca. Para bien o para mal,  esta es la debilidad y fortaleza de la marca Apple: en la mente del público y del usuario la asocian con el gurú de la manzana digital. Por lo tanto, una salida airosa sería mantener vivo su legado avivando su leyenda…

 

 

 

 

 

 

lunes, 26 de septiembre de 2011

Luz al final del tunel.

Hace tiempo me preguntó un amigo que si acaso había tenido yo un problema grave alguna vez en mi vida; me eché a reír ante la inocencia de la pregunta y respondí: “por supuesto que conozco el sufrimiento y a lo largo de mi vida, no he enfrentado una, sino varias crisis graves y de diversa índole”; ¿Qué cómo he logrado salir de ellas?  He recorrido como cualquier ser humano las cinco etapas del duelo:

1.      Negación. Es la reacción más común: no me pasa nada; este problema es algo transitorio y muy pronto todo volverá a la normalidad. De aquí a mañana las cosas volverán a ser las mismas; no tiene caso preocuparse…

2.      Rabia; ¿Por qué me tocó esto a mí? ¿por qué yo? No lo merezco, ¿por qué a otra gente que anda por la calle no le ocurre nada? ¿por qué tendría que pasarme a mí?

3.      Negociación. ¿Qué puedo hacer para posponer lo inevitable? Necesito ayuda profesional, necesito intentar un nuevo tratamiento, necesito cambiar de estilo de vida.

4.      Depresión. No vale la pena seguir; esto se acabó, me rindo, no puedo más, esto es más fuerte que yo, jamás pensé que yo acabaría así.

5.      Aceptación .Todo saldrá bien a final de cuentas. Nadie es indispensable; mañana será otro día, un mejor día. Yo sabía que habría una solución, y finalmente acaba la crisis.

Estas son las cinco etapas del duelo que atravesamos todos cuando enfrentamos una pérdida catastrófica, un problema grave o incluso cuando enfrentamos la muerte de un familiar cercano. Curiosamente, estos mismos principios aplican para entender la conducta de los gobiernos que enfrentan una grave crisis financiera. Por estas etapas pasamos los mexicanos, argentinos, brasileños, rusos y asiáticos. Ahora les toca a Europa y a Estados Unidos e incluso la semana pasada leímos sobre una inminente recesión mundial. Yo no sé -ni creo que nadie sepa- cómo van a evolucionar las convulsiones que están transfigurando las economías europeas y americanas o cómo reaccionarán los mercados financieros y los gobiernos en su interminable ciclo de acciones y reacciones. Nada parece funcionar. Sin embargo, cuando anticipar lo que viene se hace tan difícil, es bueno echar mano del pasado y buscar en la Historia aun sabiendo que, a veces, lo que pasó antes es una guía poco fiable para vislumbrar el futuro.

Carmen Reinhart, coautora junto con Kenneth Rogoff del magnífico libro Esta vez es distinto: Ocho siglos de necedad financiera, identifica las cinco tácticas más comunes que los países han usado para reducir su endeudamiento.

1. Crecer. Se trata de ir saliendo del problema expandiendo la economía. A medida que esta crece, aumentan los ingresos fiscales y disminuye el peso de la deuda. Muchos países lo han intentado; pocos lo han logrado. Esta táctica es poco probable que ocurra.

2. Dejar de pagar. En lenguaje más técnico esto se llama moratoria, suspensión de pagos, reestructuración de la deuda. En la práctica, no implica otra cosa que la cruda notificación que los países hacen a sus deudores de que les pagarán menos de lo que les deben y que lo harán en un plazo más largo al que se habían comprometido inicialmente.

3. Austeridad. Este es un tema tan dolorosamente familiar hoy para los europeos e incluso para los americanos como lo fue en los años noventa para latinoamericanos, rusos y asiáticos. Implica recortes del gasto público, tanto del superfluo como del que no lo es tanto. Reduce la deuda, pero también saca manifestantes a la calle y, a veces, derriba gobiernos.

4. Inflación. Cuando aumentan los precios, el valor de la deuda en esa moneda disminuye tanto como la tasa de inflación. La inflación es mala para la economía, especialmente para los asalariados, y alivia el problema del endeudamiento de una manera menos políticamente estridente. Pero no resuelve el problema del endeudamiento en otras monedas.

5. Represión financiera. Ocurre cuando los gobiernos toman medidas que canalizan hacia ellos mismos fondos que de otra manera irían a otros propósitos o saldrían de la economía. El arsenal que incluye estas medias es variado, tentador, peligroso y frecuentemente utilizado. Incluye la imposición de límites a los tipos de interés que paga el gobierno, la obligación de que los bancos usen deuda pública como parte de sus reservas, la nacionalización de la banca, o partes de ella, o los controles al libre flujo internacional de capitales. Suena extremo y lo es. Pero estuvo de moda en los países menos desarrollados entre los años sesenta y ochenta.

Claro está, ninguna de estas cinco tácticas son mutuamente excluyentes y pueden ser combinadas; en particular, la inflación y la represión financiera se acompañan con frecuencia. No sé cómo evolucionará esta crisis, ni se si ciertamente enfrentaremos otra recesión que se anuncia más grave que la enfrentada en 2008. Pero sí sé que me gustaría que estuviéramos todos en la etapa cinco del duelo: “ya la acepté y espero con ansias a ver la luz al final del túnel”.

 

 

 

 

lunes, 19 de septiembre de 2011

Los recuerdos y el porvenir...

La vida es tan solo un soplo fugaz, frágil y transitoria; no se detiene nunca. Revisando mis notas del Blog, me di cuenta que el año pasado escribí un artículo sobre cómo conocí a Jacques Chirac, ex Presidente de Francia, en 1999; en una versión que acabo de editar, mi artículo decía más o menos así:

Susana estaba esperándome en el lobby del Hotel Nikko, sonriente y con la chispa inconfundible de la inteligencia en sus ojos; la saludé como siempre, con un beso en cada mejilla. Vestida para la ocasión, Susana llevaba un traje de coctel color verde musgo, zapatos de dos colores: verde oscuro y las puntas de charol negro y una bolsa de idénticos colores, con el sello clásico de la Casa Chanel. “-Estas lista?” le pregunté. “-Claro, pidamos un taxi, tenemos que estar en punto de las cinco y ya son las cuatro y quince de la tarde” respondió. Susana había llegado desde el día anterior a la ciudad de México. Yo había volado esa mañana; hacía varias semanas que habíamos acordado reunirnos para asistir al coctel de bienvenida del Presidente de Francia Jacques Chirac y su esposa Bernardette Chodrol de Courcet de Chirac, recepción ofrecida por el  Embajador francés en México, Bruno Delaye. Aunque me había registrado en el hotel a las tres de la tarde, tuve que hacer algunas llamadas y se me fue una media hora sin sentirla; apenas tuve tiempo de bañarme; me puse un traje Canali gris acero, una camisa blanca de puño doble, unas mancuernillas de oro blanco y una corbata de seda natural Gianfranco Ferre, en color gris con líneas negras; me apresuré a tomar el ascensor y me dirigí a buscarla en el lobby,  asegurándome de llevar en el bolsillo interno de mi saco, la invitación y una identificación oficial. Ambos requisitos eran imprescindibles tanto para el coctel como para la cena posterior que sería ofrecida en Los Pinos por el Presidente de México esa noche.

 Tomamos un taxi del hotel y un botones vestido con un impecable frac gris y negro le abrió solícito la puerta trasera derecha a Susana. Yo abordé el taxi por la puerta izquierda. Al sentarme en el auto, noté con extrañeza que Susana no llevaba alhajas y que en el cuello en vez de collar, llevaba un listón tricolor: verde, blanco y rojo, en tonos brillantes. Pensé que en alguno de sus múltiples viajes a Italia, Susana había adquirido aquel adorno y pensé incluso la marca del accesorio, tal vez Prada o quizás Fendi. A pesar del tráfico, el taxista se internó rápidamente por la Colonia Juárez hasta detenerse en el número 15 de la Calle Favre, en la Casa de Francia en México, lugar de la recepción. Había afuera un gran dispositivo de seguridad; Susana y yo fuimos recibidos por el personal de la Embajada quienes nos dijeron que éramos 40 invitados y que debíamos hacer una valla, hasta que el Presidente de Francia y su esposa, así como el Embajador francés y su esposa hicieran su entrada.

El patio de la casona había sido adornado con papel picado; habían colocado enormes fuentes y jarrones de Talavera con alcatraces blancos. En el kiosco, una banda de músicos amenizaba aquel festejo; colocados estratégicamente se encontraban jóvenes mexicanos interpretando a varios personajes que tradicionalmente se encuentran en las ferias de los pueblos de México: un globero, un algodonero,  una vendedora de flores, un vendedor de periódicos, un bolero, un organillero, entre varios más; “Susana, que te recuerda este patio?”. “Parece una estampa de la pintura Sueño de una tarde dominical en la Alameda, de Diego Rivera” respondió.“ ”Efectivamente “alcancé a responder cuando en ese momento la música se detuvo para anunciar el arribo del Presidente de Francia y su comitiva.

Esperamos el momento en que el Presidente Chirac y su esposa se acercaran. Al llegar a nosotros, el Embajador menciono nuestros nombres, y el Presidente extendió su mano hacia mí;  Madame Chirac saludó a Susana y le dijo: “Que hermoso adorno lleva usted en el cuello”. Al oír el halago, Susana reaccionó de inmediato “Es para usted” mientras se quitaba el listón y lo colocaba con delicadeza en el cuello de la primera dama de Francia. Fueron menos de dos minutos nuestra interacción e inmediatamente después continuaron con el saludo protocolario con la siguiente pareja de invitados. “Le encantó tu adorno la señora Chirac” le dije en voz baja a Susana, quien al oír mi comentario sonrió y me dijo: “Ayer al salir de mi casa, me acordé que había dejado el estuche de joyas sobre mi escritorio y como el taxista ya llevaba más de veinte minutos esperándome afuera, no quise regresarme; por lo tanto, se me ocurrió arrancar uno de los listones de mis macetas; nomas lo sacudí para quitarle la tierra y me lo traje; ese listón tricolor me costó seis pesos en el Mercado Juárez, aunque ahora por supuesto, en el cuello de Madame Chirac ya vale más…”

Doce años mas tarde, la vida ha cambiado: a Susana no la he vuelto a ver en mucho tiempo; lo último que supe de ella fue que enviudó y que su bonanza financiera se esfumó en una de las tantas crisis; supe además que tuvo que dejar el palacete neoclásico francés en el que vivió toda su vida y ahora vive en un apartamento pequeño; por otra parte, Jaques Chirac de 78 años, presidente de Francia hasta 2007, ha sido acusado de un caso de corrupción, desvío de fondos públicos y nepotismo. Los abogados de Chirac remitieron al tribunal la semana pasada un informe médico en el que se asegura que el ex presidente francés no se encuentra en condiciones de comparecer porque padece una enfermedad neurológica cercana al alzhéimer. El nombre del mal que padece Chirac es llamado anosognosia, una dolencia que impide a los enfermos darse cuenta de que pierden facultades mentales y de memoria. "Olvidan que se olvidan", explica un médico. El juicio se iba a celebrar en marzo de este año. El mismo ex presidente aseguró entonces que acudiría al tribunal y su mujer, Bernadette, lo confirmó: "Es un guerrero e irá". Pero la salud de Chirac parece haberse deteriorado en los últimos meses y no hay buenos augurios. Por mi parte, yo dejé México hace ocho años; desde el exilio, escribo semanalmente procurando juntar las astillas del prodigioso espejo de la memoria, en un intento por exorcizar los fantasmas del olvido; busco esquivar la traición de la memoria para recapturar los recuerdos y poder enfrentar mejor el porvenir…

 

 

 

lunes, 12 de septiembre de 2011

The American Dream

La brisa sopló y parecía que unas a otras, las ramas de las palmeras se acariciaban ante el rumor del viento; allá arriba, un cielo intensamente azul era testigo del encuentro de nubes blancas que viajaban de norte a sur. Doblamos a la derecha y entramos al desarrollo habitacional que iniciaba con dos cascadas amplias y generosas, una de cada lado de la acera y continuaba con una inmensa fuente de agua cristalina; al igual que otros diez o tal vez doce desarrollos que habíamos visitado previamente, las casas estaban ubicadas a la orilla de los lagos  y las áreas verdes circunvecinas estaban recortadas impecablemente. Andrew le dijo al vigilante de la caseta de seguridad: “estamos aquí para visitar la casa del Señor Rubín”. “Permítame” respondió el afroamericano mostrando unos dientes blanquísimos; alto y delgado llevaba un uniforme color kaki planchado meticulosamente; con gesto solícito revisó en su computadora y lo llamó de inmediato; “déjelos pasar” dijo el Señor Rubín, con su inconfundible acento neoyorkino. “Su código?” interrogó el guardia’ “6894” respondió de inmediato el Sr. Rubín. “Me permiten su identificación?” nos dijo el vigilante. Andrew y yo le dimos nuestras credenciales de conducir; después de tomar nota, las devolvió junto con un permiso de estacionamiento; Andrew aceleró su Boxter convertible color rojo, al tiempo que el guardia levantaba la plumilla de de acceso.

La casa estaba ubicada en una esquina; “Esta casa tiene más terreno que el resto de casas de la cuadra, y tiene además seis palmeras reales: cinco al lado y una al frente; tiene además  muchas mejoras que incrementan el valor: el propietario hizo recientemente una renovación completa de la cocina y los baños y contrató a un decorador profesional para que diseñara cortinajes, lámparas y además mandó pintar las habitaciones con diversos temas; el baño de la recamara principal tiene jacuzzi. La cristalería de las lámparas y las telas que usaron para las cortinas son importadas; creo que la Sra. Rubín las mandó traer de Italia, explicaba Andrew mientras tocaba el timbre. El Sr. Rubín abrió la puerta y sonriente nos extendió su mano y dijo:”Hola, mucho gusto, soy Eric Rubín, pasen”.  Eric era blanco, pelirrojo, bajo de estatura y ancho de espaldas; traía un cargo short color verde militar y una playera gris de cuello en V; descalzo y con el pelo húmedo, parecía recién bañado.

Empezamos a recorrer la casa y efectivamente, comprobé la información que mencionó Andrew, el agente de bienes raíces. Era una casa espaciosa: cuatro recámaras, una amplísima sala, un comedor, una cocina blanca y equipada, una barra con azulejos rústicos color acre, altos bancos beige con lunares diminutos color blanco rodeaban la cocina y separaban esta área de la estancia, patio y jardín. Los pisos y alfombras eran color blanco y lucían impecables; las paredes exhibían cuadros de gusto excepcional. Había esculturas de bronce colocadas en la casa, muebles de sala y comedor de madera finamente talladas. Ante el dintel de cada puerta, en cada habitación, había pequeñas mezuzahs, que evidenciaban el origen judío de la familia. Eric nos explicó que la principal razón por la que deseaba vender esa casa era porque su esposa estaba embarazada y el espacio resultaba insuficiente para una familia de cinco miembros; sin embargo, planeaba comprar una casa más amplia, dentro del mismo desarrollo habitacional. “No nos queremos ir de aquí; los vecinos son muy amables y hemos logrado hacer un buen circulo de amigos”, agregó sonriente. Al terminar el recorrido, Andrew y yo empezamos a negociar el precio y a determinar probable fecha en la que podría entregar la casa, en caso de que yo decidiera comprarla. Finalmente, prometimos a Eric que esa tarde, antes de las cinco, haríamos la oferta.

Tenía yo apenas unos cuantos días de haber ingresado al país; había llegado con una visa de trabajo que se vencería en once meses y dos semanas. Ignoraba cuanto tiempo me tomaría gestionar la residencia y el procedimiento para obtenerla. Andrew, el agente de bienes raíces era amigo de mi jefe, éste le había pedido que me ayudara a adquirir una casa; en mis adentros dudaba de la cordura de esta idea y pensaba que sería materialmente imposible lograr que un Banco me otorgara un crédito tan alto para pagar la casa. No contaba con historial crediticio en este país. “Seguramente me pedirán comprobantes de pago” y aun no recibo ni siquiera mi primer sueldo. Andrew se rio de buena gana cuando externé estas preocupaciones  y afirmó con la certeza: “Dont worry, only in America, Luis” y así fue: en una semana el Banco me otorgó la hipoteca sin verificar realmente mi ingreso, sin que hubiera evidencia de mi solvencia económica, sin contar con un record de crédito, obviamente sin tener la residencia permanente y además, se logró la gran excepción de requerir que pagara solamente el 10% del costo total de la propiedad como enganche, cuando a los extranjeros se pide normalmente el 25% del valor total como primer pago.

Ocho años después, las cosas han cambiado radicalmente en este país: la batalla para exigir responsabilidades a Wall Street por el fiasco de las hipotecas-basura cobró nueva dimensión. La Agencia Federal de la Vivienda presentó una demanda multimillonaria en la que acusa a Bank of America, JP Morgan Chase, Deutsche Bank, HSBC, Barclays, Citigroup, Nomura y otros grandes grupos financieros de provocar pérdidas de 41.000 millones de dólares a las dos entidades prestamistas públicas Freddie Mac y Fannie Mae tras venderles hipotecas de dudosa calidad por valor de 179.000 millones de dólares. Los graves problemas con las hipotecas están en el corazón del colapso financiero. La agencia considera que los bancos faltaron a su obligación de comprobar la calidad de los activos que colocaban en el mercado y fallaron al ver que los hipotecados estaban aportando pruebas falsas o exageraron sus ingresos para hacerse de los préstamos. Eso provocó que la deuda vinculada a las hipotecas perdiera más rápido su valor cuando se retrasaron en los pagos. El argumento para el ataque legal es conocido, y es quizás la única vía por la que el regulador puede exigir algún tipo de responsabilidad a Wall Street por los excesos durante los años del boom inmobiliario.

El proceso para restaurar la confianza en la banca será lento. Desde la asociación bancaria se teme que los continuos procesos legales sigan creando incertidumbre y eche para atrás a las entidades a la hora de conceder determinados préstamos. No lo piensan así las organizaciones que protegen al consumidor, que dicen era hora que los reguladores busquen justicia. Relacionado con el fiasco hipotecario, la Reserva Federal inició una acción contra Goldman Sachs por las prácticas de su antigua filial Litton Loan Services en el proceso de embargo de viviendas. El banco central estadounidense, que vigila a las grandes firmas financieras del país, le advierte de que esta conducta puede ser objeto de reprimenda financiera. Wall Street se plantea el siguiente debate: con una economía y un mercado de la vivienda tan vulnerables, ¿es conveniente reforzar esta batalla legal? Sobre todo cuando la Casa Blanca trata de definir un plan que le permita, con la ayuda de los bancos, contener la degradación del sector inmobiliario, que no termina de tocar fondo tras cuatro años de contracción en las ventas y en los precios. Lamentablemente para muchos, estos pleitos han ocurrido demasiado tarde y el sueño americano de contar con casa propia, a raíz del desplome hipotecario, se convirtió en pesadilla…