En días pasados recibí un correo electrónico de la abogada que logró en diez meses conseguir mi residencia legal en este país; de record intachable, ella menciona con orgullo que hasta ahora no ha perdido ningún caso de petición de residencia en 15 años de ejercicio profesional, aunque por supuesto, me hizo sentir privilegiado, al aceptarme como cliente y me cobró por sus servicios “las perlas de la virgen”; “envíame tu curriculum y los nombres de los tres candidatos a los que solicitarías cartas de recomendación, y en un párrafo dime específicamente quienes son ellos” me dijo por teléfono, con su acostumbrado tono de voz de mando, cuando la contacté. “Posteriormente yo te contactare para avisarte si tomo tu caso o no”. A lo largo de mi proceso desarrollamos cierta amistad y nos hemos mantenido comunicación a través de estos años; esta hábil abogada que hace de la crisis una oportunidad, está iniciando una nueva veta: realiza giras en varios países latinoamericanos para encontrarse con personas de clase alta que quieren hacer una inversión de $500,000 por la oportunidad de emigrar legalmente a Estados Unidos. El propósito de su correo electrónico era ver si estaba yo interesado en darle una base de datos con gente de ese perfil en México, por supuesto a cambio de un porcentaje por la información y por caso concretado.
La abogada me dijo que hasta ahora ha viajado a Colombia y Perú, y en hoteles de gran turismo, ofrece presentaciones sobre un tipo de visa popular entre los chinos y que ha ido ganando interés entre los latinoamericanos. En Venezuela, donde los ricos no quieren estar juntos en una habitación por temor a ser secuestrados, ella organiza reuniones individuales con clientes en sus casas. “Definitivamente hemos visto un crecimiento en interés de América Latina, lo cual atribuimos a la seguridad”, dijo. “Muchos de mis clientes antiguos ahora me llaman para pedir que les ayude con sus familiares, que me reúna con algún primo porque necesita salir del país”.
Miami se ha convertido en una meca para esta elite que quiere escapar de la inestabilidad política y la violencia relacionada con el narcotráfico. Al invertir $500,000 en una zona rural o de alto desempleo, o $1 millón en cualquier otro lugar, el inversionista extranjero y sus familiares reciben la visa condicional EB-5, la cual puede convertirse en un permiso de residencia permanente si la inversión genera al menos 10 empleos durante dos años.
Además, según los expertos, la recesión estadounidense ha contribuido a una industria creciente para la visa EB-5. Cada vez más empresas privadas están pidiendo la designación federal como centros regionales de EB-5, lo cual les permite combinar las inversiones de múltiples extranjeros a fin de financiar proyectos hoteleros o urbanísticos, entre otros, que no pueden conseguir préstamos tradicionales de los bancos.
Para el inversionista extranjero, solicitar una visa a través de un centro regional le permite vivir en Estados Unidos, matricular a sus hijos en escuelas y quitarse algunas preocupaciones de encima mientras otros supervisan su inversión y cumple con los requisitos de generar empleos.
“Es una manera de obtener acceso a capital”, dijo la abogada, una vez que decidí llamarle, para darle una respuesta a su petición: “Satisface la necesidad de este país de crear empleos y satisface la necesidad del inversionista de obtener una visa”. En meses recientes, la administración del presidente Barack Obama ha prometido hacer más eficiente el proceso de obtener las visas EB-5 a fin de incentivar la creación de empleos.
Hace tiempo decidí ser asertivo y no quedarme callado; “te agradezco por pensar en mi” le dije de frente; sin embargo estoy en franco desacuerdo. Imagínate el impacto de la fuga de capitales y el desempleo que causaría el éxodo de mexicanos ricos en la economía de Mexico, para beneficiar este país que maltrata a mexicanos menos favorecidos. Lo que me pides es desarrollar un intercambio injusto: Estados Unidos envía anualmente de regreso a miles de deportados y les importa un pepino separar a padres e hijos, y ahora quiere dar la bienvenida con los brazos abiertos a los mexicanos ricos dispuestos a invertir y apoyar la economía americana. Si estas interesada en apoyar a los paisanos deportados, cuenta conmigo; pero para esta iniciativa, te digo con franqueza que si este país quiere queso, que busque por otros medios salir de la ratonera…
No hay comentarios:
Publicar un comentario