When the night has come
And the land is dark
And the moon is the only light we see
No I won't be afraid
No I won't be afraid
Just as long as you stand, stand by me…
John Lennon.
Debo empezar confesando que Londres jamás había sido “mi hit” y que en mis viajes a Europa siempre evité conectar en Londres y pisar el aeropuerto de Heathrow. ¿Qué tiene que hacer un mexicano en el Reino Unido? Me preguntaba preso de mi “orgullo ranchero”. Por años me costó trabajo incluso, entender el Ingles británico hablado; tenía una especie de “alergia gratuita” a todo lo que oliera a Inglaterra; sin embargo Bill, un amigo americano experto en Historia Inglesa me hizo una apuesta que no pude resistir: tú me muestras México y yo te mostraré Inglaterra: y dado que confiaba en su experiencia, acepté de buena gana; en 2005 recorrí por primera vez Londres Inglaterra, bajo la guía de mi amigo. Desde entonces, he regresado 7 veces a esa ciudad maravillosa, llena de gente que expresa su opinión con libertad y sin tapujos.
La marcha empezó a las 2 de la tarde el sábado pasado. El clima era más festivo que indignado, y en el metro que lleva hasta Hyde Park se mezclaron sin problemas jóvenes que llevan pancartas caseras contra el Papa con peregrinos de diversas nacionalidades, ataviados con las sudaderas oficiales, dirigiéndose hacia el mítico parque de Londres para participar en la vigilia que esa noche celebraba la beatificación de John Henry Newman. En el principio de la calle Picadilly un cantante animó la cabeza de la manifestación atea interpretando el Stand by me, de John Lennon.
Muchos asistentes portaban pancartas que decían "Pope Nope" (no al Papa), otros llevaban tiaras papales de cartulina morada en la cabeza, algunos iban disfrazados de monjas, otros mostraban carteles caseros. La policía dijo que hubo unas 15,000 personas, y eso convierte a la protesta en la más numerosa sufrida por Benedicto XVI en sus cinco años de papado.
Las razones que esgrimieron los manifestantes fueron variadas. Muchos, como Amar Karin, de 19 años, londinense e hijo de padres hindúes, afirmó, "el Estado no debe financiar la visita de un hombre que condena el uso de preservativos en África". Karin se declara ateo, y llevaba en la mano un palo de madera con un condón inflado en lo alto y unos carteles pintados con rotulador que critican a Benedicto XVI por haber acogido al obispo negacionista Williamson, por discriminar a los gays y a las mujeres y por permitir que un 70% de los abusadores sigan formando parte de la iglesia.
Los letreros que se leyeron en las pancartas fueron de variada inspiración, entre lo irónico y lo más hiriente: "La homofobia papal cuesta vidas"; "los valores ateos son tan buenos como los tuyos"; "las mentiras del Papa persiguen a los homosexuales";"la religión es estúpida, un asunto de crímenes y prohibiciones"; "Delitos, no pecados"; El Papa es el jefe de la mayor banda de pedófilos", "Papa dimisión"; "No queremos pagar impuestos por prédicas venenosas".
La marcha reunió a militantes por los derechos de los homosexuales, ciudadanos agnósticos y ateos, laicos radicales y algunas víctimas de abusos. La marcha se dirigió por la calle Picadilly hasta desembocar en Downing Street, la residencia del primer ministro, David Cameron. Muchos ciudadanos protestaban contra el Vaticano tanto como contra el Gobierno que decidió invitar al Papa y financiar la visita de Estado.
Personalmente, me siento apenado de no haber visitado antes Londres y aprecio el gesto libre de su población multiétnica capaz de manifestarse, cuestionar y protestar por la forma en que el Estado gasta sus impuestos; es sin duda alguna, una lección viva de Política, Sociología e Historia…
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