lunes, 27 de septiembre de 2010

Chorreadas...

El olor a café recién molido inundó mis sentidos; Don Antonio, el propietario, un hombre en los tardíos cincuenta, vestía una camisa de cuadros y un digno pantalón kaki; con grandes lentes de aumento, robusto y sonriente, empacaba con esmero bolsitas de papel de medio kilo, y de un cuarto de kilo de café; el molino batía y tostaba aquellos granos oscuros y frescos y el aroma de aquel café se esparcía por todos los puestos del Mercado Central, centro de comercio popular, considerado patrimonio histórico de la ciudad de San Jose de Costa Rica, y fundado en 1880. El mercado alberga todos los negocios dedicados a ofrecer todos los productos naturales y procesados imaginables: verduras, carne, pollo, quesos, aceites, especias para cocinar, yerbas medicinales, cosméticos, plantas, y por supuesto, comida.

Justo al lado del puesto de Café Maya, se ubica un diminuto negocio, “Las chorreadas de Doña Lela” en donde había un comal con tres hornillas, una mesa para amasar, una pileta con agua y una barra mostrador de dos metros de longitud, para atender a la clientela que de pie, comía de buena gana esa mañana de Sábado. Una joven gorda morena y bonita, con el esplendor de sus veinte años, atendía de buena gana el puesto; sus mejillas relumbraban iluminadas por el fogón y mostrando su hilera de blancos dientes me dijo: “pruebe una chorreada, Don; pruébela sin compromiso” y extendió su mano regordeta y me dio generosamente un bocado. Al oírla me detuve y no pude resistir la tentación: engullí sin dudarlo aquella delicia. Sabía a elote tierno y a ternura infinita. ¿Cómo se llama esta tortilla? Pregunté a la joven, y como respuesta escuché una estruendosa carcajada. “No es tortilla, Don, es una chorreada” dijo entre risas. “¿Le doy una?” me preguntó; “deme una”, respondí y al instante, la joven mujer vació una porción de masa ligera en un comal ardiente y con maestría, después de unos minutos, la volteó mientras el olor a elote tierno azuzaba mis ganas de degustar aquel hibrido entre pancake y tortilla. En vez de plato desechable, extendió una hoja de plátano, envolvió y me sirvió aquella chorreada humeante.

¿De dónde nos visita, Don? Me preguntó la mujer, mientras empezaba yo a comer; “soy mexicano, pero vivo en Miami” respondí mientras sentía que mi paladar saboreaba un bocado de ángeles, era una mezcla de elote con mantequilla, dulce y sabroso. “Ah -dijo; mi mamá siempre me quiso llevar a Miami, pero se enfermó y nunca pudimos ir a sacar la visa”, expresó con un dejo de tristeza. “Y dónde está tu mamá -pregunté imprudentemente; “Mi mamá era Doña Lela y murió hace poco; yo también me llamo Lela; murió de cáncer hace dos años y nunca pudo llevarme a Miami, ¿es cierto que es muy bonito?” me preguntó con ingenuidad. “Sí”, respondí con certeza “Miami es bonito, pero es más bonito Costa Rica”. ¿Por qué dice eso, Don? Me preguntó la joven. “Mira, allá hay mar azul, aquí el mar es azul turquesa, allá hay árboles y palmeras, aquí también las hay, pero más verdes, allá la gente anda de prisa, acá la gente camina y disfruta el día sin correr;  pero te voy a decir lo más importante: allá no hay chorreadas, lo único que hay son pancakes y yo no cambiaria nunca los pancakes por estas chorreadas deliciosas. Costa Rica es pura vida”. Lela suspiró y dijo “bueno Don, entonces mi mamá y yo tampoco nos perdimos de mucho, ¿verdad?“ Me alejé del puesto con el gusto dulzón del elote tierno, pero el recuerdo de la ternura del corazón de Lela me acompañó mientras terminaba de recorrer el Mercado Central.

 

 

 

 

 

sábado, 18 de septiembre de 2010

Pope Nope.

When the night has come
And the land is dark
And the moon is the only light we see
No I won't be afraid
No I won't be afraid
Just as long as you stand, stand by me…

                                                                   John Lennon.

Debo empezar confesando que Londres jamás había sido “mi hit” y que en mis viajes a Europa siempre evité conectar en Londres y pisar el aeropuerto de Heathrow. ¿Qué tiene que hacer un mexicano en el Reino Unido? Me preguntaba preso de mi “orgullo ranchero”. Por años me costó trabajo incluso, entender el Ingles británico hablado; tenía una especie de “alergia gratuita” a todo lo que oliera a Inglaterra; sin embargo Bill, un amigo americano experto en Historia Inglesa me hizo una apuesta que no pude resistir: tú me muestras México y yo te mostraré Inglaterra: y dado que confiaba en su experiencia, acepté de buena gana; en 2005 recorrí por primera vez Londres Inglaterra, bajo la guía de mi amigo. Desde entonces, he regresado 7 veces a esa ciudad maravillosa, llena de gente que expresa su opinión con libertad y sin tapujos.

La marcha empezó a las 2 de la tarde el sábado pasado. El clima era más festivo que indignado, y en el metro que lleva hasta Hyde Park se mezclaron sin problemas jóvenes que llevan pancartas caseras contra el Papa con peregrinos de diversas nacionalidades, ataviados con las sudaderas oficiales, dirigiéndose  hacia el mítico parque de Londres para participar en la vigilia que esa noche celebraba la beatificación de John Henry Newman. En el principio de la calle Picadilly un cantante animó la cabeza de la manifestación atea interpretando el Stand by me, de John Lennon.

Muchos asistentes portaban pancartas que decían "Pope Nope" (no al Papa), otros llevaban tiaras papales de cartulina morada en la cabeza, algunos iban disfrazados de monjas, otros mostraban carteles caseros. La policía dijo que hubo unas 15,000 personas, y eso convierte a la protesta en la más numerosa sufrida por Benedicto XVI en sus cinco años de papado.

Las razones que esgrimieron los manifestantes fueron variadas. Muchos, como Amar Karin, de 19 años, londinense e hijo de padres hindúes, afirmó, "el Estado no debe financiar la visita de un hombre que condena el uso de preservativos en África". Karin se declara ateo, y llevaba en la mano un palo de madera con un condón inflado en lo alto y unos carteles pintados con rotulador que critican a Benedicto XVI por haber acogido al obispo negacionista Williamson, por discriminar a los gays y a las mujeres y por permitir que un 70% de los abusadores sigan formando parte de la iglesia.

Los letreros que se leyeron en las pancartas fueron de variada inspiración, entre lo irónico y lo más hiriente: "La homofobia papal cuesta vidas"; "los valores ateos son tan buenos como los tuyos"; "las mentiras del Papa persiguen a los homosexuales";"la religión es estúpida, un asunto de crímenes y prohibiciones"; "Delitos, no pecados"; El Papa es el jefe de la mayor banda de pedófilos", "Papa dimisión"; "No queremos pagar impuestos por prédicas venenosas".

La marcha reunió a militantes por los derechos de los homosexuales, ciudadanos agnósticos y ateos, laicos radicales y algunas víctimas de abusos. La marcha se dirigió  por la calle Picadilly hasta desembocar en Downing Street, la residencia del primer ministro, David Cameron. Muchos ciudadanos protestaban contra el Vaticano tanto como contra el Gobierno que decidió invitar al Papa y financiar la visita de Estado.

Personalmente, me siento apenado de no haber visitado antes Londres y aprecio el gesto libre de su población multiétnica capaz de manifestarse, cuestionar  y protestar por la forma en que el Estado gasta sus impuestos; es sin duda alguna, una lección viva de Política, Sociología e Historia…

 

 

 

 

 

 

Presagio...

En una exacta
foto del diario
señor ministro
del imposible

vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple

seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

           Mario Benedetti.

Tengo la misma pregunta que Mario Benedetti hace en su poema “Seré curioso” ¿de qué se ríe la Barbie? Su foto acaparó la atención, con su playera Polo color verde, su jean True Religion y sus tenis Diesel; ¿será que hay golpes de suerte? Cuando Felipe Calderón estaba a 48 horas de rendir su cuarto informe anual de Gobierno, y tan solo en los pasados cuarenta días han asesinado a dos alcaldes, estallado tres coches bomba, secuestrado tres periodistas, acribillado a 72 migrantes y se han rebelado policías de élite en Ciudad Juárez, informar de la detención del narcotraficante más mediático en el penúltimo día de ese fatídico agosto debió ser un alivio para el Presidente de México.

La noche del lunes 30 de Agosto, apenas pasadas las 19:00 horas, las transmisiones televisivas se interrumpieron con una alerta informativa de tres palabras que todos entendieron: "Cayó La Barbie". Fue detenido por la policía a unos kilómetros de la capital. Dicen que su apodo viene de su parecido con Ken, el novio de Barbie, por sus ojos azules y piel clara. Contrario a lo que pasa con otros fugitivos, de él se conocían fotos muy descriptivas. En muchas de ellas, Edgar Valdez Villarreal mira retador y coqueto a la cámara.

Pero es el mismo que nació en Laredo, Texas, en 1973. El que se ganó la confianza de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, máximo capo del cartel de Sinaloa. El que enfrentó al cartel del Golfo y Los Zetas en Tamaulipas y que inauguró una modalidad: grabó el interrogatorio y asesinato de cuatro Zetas. El que se ganó la confianza de Arturo Beltrán Leyva, El Jefe de jefes, quien lo hizo su líder de sicarios. El mismo que no pudo rescatar a su patrón en diciembre pasado, cuando los militares lo acorralaron y mataron en su lujosa residencia, en el centro del país. Según aseguró la policía, La Barbie le había sugerido a Beltrán Leyva que no se resistiera y se entregara. Acusado de traición por los hermanos de su jefe, protagonizaba un cruento combate con Héctor Beltrán Leyva, alias El H, por el control de lo que quedaba de ese cartel, convirtiendo el Estado de Guerrero en un campo de batalla donde cada mes se hallaba una veintena de cuerpos con narcomensajes jurando exterminio mutuo.

El Gobierno mexicano lo acusa de tráfico de drogas (introducía hasta una tonelada de cocaína al mes en EE UU), lavado de dinero, extorsión, robo de vehículos)... Había recompensas en suelo mexicano y estadounidense. Las tareas de inteligencia para capturarle, que duraban más de un año, dieron su fruto, cuando fue detenido en Lerma, Estado de México, junto a otras seis personas y sin un solo disparo, a pesar de que los narcos contaban, entre otras armas, con un lanzagranadas.

Cada vez que se detiene a un capo del narcotráfico, revienta una pugna criminal entre quienes se disputan el asiento vacío. En días pasados, hubo una matanza en un bar topless de Cancún, donde murieron ocho personas. Los investigadores no dudan en atribuir el ataque con bombas molotov a una primerísima reacción -ocurrió a escasas seis horas- de la caída de La Barbie. ¿Sera la risa de la Barbie el presagio de una guerra anunciada?