He visitado al menos cincuenta y cuatro países hasta ahora y aunque tengo un alto aprecio por el esplendor de las civilizaciones, rasgos que puedo ver en el urbanismo, en los monumentos, las plazas, los museos, la gastronomía, y las facilidades al turismo en muchas naciones, usualmente me he detenido a observar con detenimiento sus opuestos: la miseria, la desigualdad, la marginación, la escasez y la pobreza, preocupado por sus efectos devastadores en la calidad de la vida. Hay cinco síntomas comunes que puedo identificar en las economías empobrecidas: ignorancia, apatía, enfermedad, corrupción y dependencia. De ahí se desprenden otros elementos como falta de mercado, carencia de infraestructura y de liderazgo, mal gobierno, desempleo, ausencia de capital y lo que es peor, escasez de conocimiento.
Mi conversación con el economista Michael Parkin se centró justamente sobre la dialéctica de las economías empobrecidas. ¿Quien no ha leído sus textos sobre Economía? Sus obras son una lectura obligada en todo currículo universitario de Ciencias Sociales. Parkin es profesor de Economía en la Universidad de Western Ontario desde 1975. Educado en la Universidad de Leicester ha dictado cátedras en universidades prestigiadas como Essex, Manchester en Inglaterra, así como Brown y Stanford en Estados Unidos; sus investigaciones sobre Micro y Macroeconomía, Economía Monetaria, y Economía Internacional han sido publicadas en más de 160 artículos y editados en innumerables libros de texto y traducidos en más de veinticinco idiomas, utilizados en las universidades del mundo.
¿Qué estudia la Economía y por qué ha fallado? Le pregunté de inmediato. “La Economía estudia las elecciones que gobiernos, empresas y sociedades realizan para encarar la escasez” respondió Parkin. “¿La escasez es esa incapacidad para obtener lo que deseamos?” Ataje. “Así es, la escasez es la limitación de ingresos o de tiempo versus los precios de hay que pagar” replicó el economista. “¿Que son y cómo definir a los factores de producción que se destinan a generar riqueza?” Continué con mi entrevista. “Los factores son recursos que la empresa usa para producir bienes y servicios, como por ejemplo tierra, trabajo, capital y habilidades empresariales. La tierra genera renta, el trabajo, salarios, el capital, interés y las habilidades empresariales, utilidades; de esta manera, los factores de producción generan un alto o bajo estándar de vida y el problema radica cuando las acciones políticas provocan una disminución de las tasas de interés y aceleran el ritmo de acuñación de la moneda, ya que aumentan el gasto, la producción y el empleo. El incremento del gasto produce aumento de inflación, crece el costo de vida y por lo tanto crece la inflación” finalizó Parkin.
Después de mi vagabundeo por el mundo concluyo que son los gobiernos y sus decisiones y no las economías las que han fallado; encaramos un mundo lleno de escasez. Lo que más me alarma no es la miseria económica, sino la pobreza de espíritu, la actitud que nos empuja a aceptar anticipadamente la derrota y a vivir con la desesperanza; lo peor de todo, es la “herencia de la pobreza” la transmisión de esa fatalidad de padres a hijos. La pregunta final es: ¿Como romper el círculo de miseria y exclusión? Durante años he pensado que la ruptura y el cambio vendrán solo a través de la educación y por eso sigo en la raya; después de todo, hay que devolver un poco y es hora de hacerlo.
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