lunes, 13 de junio de 2011

Sin tener que pedir disculpas...

Estoy francamente harto de oír los calificativos y alegorías que normalmente usamos para referirnos al éxito y a la fortaleza de una mujer; expresiones como “Es una mujer con muchos pantalones” o peor aún, “Es una mujer pero tiene los huevos mas grandes que cualquier hombre” La pregunta es ¿Por qué debemos usar epítetos masculinos para evidenciar que una mujer triunfa y logra metas?  Tal vez porque vivimos en un mundo regido y diseñado por y para hombres, y todo lo que se separa, se aleja o se diferencia de éste,  o no tiene cabida, o no existe, o tal vez si existiera, es porque ha decidido jugar las reglas masculinas del juego.  Me desesperan también afirmaciones como “Ella es la primer mujer en ocupar tal o cual puesto” porque esta afirmación resta méritos a la persona designada y el género se traduce como una cualidad destacada y como una justificación de apertura. La expresión común que escuchamos para elogiar el papel de una mujer que dice  “atrás de un gran hombre hay una gran mujer” me parece totalmente fuera de lugar.

Mi abuela hizo sus estudios universitarios en 1927 en Francia; a su regreso a México, pago el precio de haberse anticipado históricamente; al recibirla, mi bisabuelo, un hacendado porfirista que había perdido su hacienda y la mayoría de sus bienes durante la revolución,  le dio dos opciones: “o te casas o te vas al convento”. Mi abuela eligió el matrimonio y tuvo a mi madre a quien educó con gran fortaleza; fue ella quien la impulso a estudiar en la universidad y a ocupar puestos políticos en 1945. Ambas detestaban oír que mi madre al escalar peldaños  era “la primera mujer en ocupar tal o cual puesto”; yo crecí escuchando que en la vida, el espacio no debe ser exclusivo ni único del hombre. En 1974, cuando iba a la mitad de mi carrera de ingeniero industrial, di un giro y me cambie de carrera; ingrese a estudiar Comunicación, en donde la mayoría del alumnado eran mujeres; fue ahí donde las enseñanzas de mi madre y mi abuela surtieron efecto. Ambas me prepararon a apreciar y a respetar las diferencias de género; posteriormente, al concluir mis estudios de posgrado en Estados Unidos y regresar a México, trabajé en una universidad regida por un pensamiento que privilegiaba la lógica lineal; siendo humanista, pude vivir en carne propia la prevalencia de una institución diseñada por y para ingenieros; fue muy complicado obtener la aprobación y lograr el éxito; tuve que aprender las reglas de ese juego. Aprecio la vida con una visión distinta, porque fui sustentado en otros hombros, y no en las figuras tradicionales y me siento dichoso de haber llegado este momento en donde hablo y escribo sin remordimientos y sin tener que pedir disculpas.

 

 

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1 comentario:

  1. Congratulations Mr. Louis
    Is not to easy break paradigms!!
    God bless you

    Best regards
    Estevão Abreu - Brazil

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