lunes, 11 de octubre de 2010

Facebook y el narcisismo...

A finales de octubre de 2003, Erica Albright rompió con su novio, un estudiante de Harvard poco atractivo, tímido y bastante diestro en informática. Esa noche, después de tomar varias cervezas el chico -Mark Zuckerberg, creador de Facebook-, entró en el servidor de la universidad y copió el directorio de estudiantes. Después, eliminó a los hombres, y colgó las fotos de las chicas en Internet para que todos los alumnos varones pudieran votar por el aspecto físico de cada una. Su despecho fue el origen de la mayor red social del planeta.

Zuckerberg no logró su gesta solo. Aunque él gobierna la exitosa red social, en sus orígenes hubo compañeros que le ayudaron; una madrugada de octubre de 2007, el escritor Ben Mezrich recibió un e-mail de un amigo, recomendándole entrar en contacto con alguien llamado Eduardo Saverin, un exalumno de Harvard, de origen brasileño, quien aparentemente ayudó a Zuckerberger en los inicios del lanzamiento de la red social; sin embargo, años mas tarde, hubo una sonada ruptura entre ellos. Mezrich siguió el consejo de su amigo: efectivamente, Saverin tenía mucho que contarle. Y así nació el libro Multimillonarios por accidente, sobre el origen de Facebook, cuya versión cinematográfica se llama The social network, que se acaba de estrenar este mes de octubre.

La película combina una serie temas que tradicionalmente han tenido “punch” entre los cinéfilos: pleitos entre abogados, fraternidad universitaria, épica empresarial y por supuesto el tema del genio incomprendido. The Social Network, dirigida por David Fincher  y con el guión de Aaron Sorkin muestra la versión unilateral de Eduardo Saverin, ex socio de Zuckerberg. Cuenta el nacimiento de la empresa a través de dos demandas que pierde: una, interpuesta por el propio Saverin, primer director financiero de la empresa y expulsado en cuanto empezó a despegar. La otra, interpuesta por los gemelos Tyler y Cameron Winklevoss, que le acusaban de haber retrasado la puesta en marcha y haber robado la idea de una web similar para la que había sido contratado como programador.

La gran pregunta sobre The Social Network es cuánto tiene de verdad y cuánto de invención. Algunos de los hechos son reales y las demandas también, pero es imposible saber la intrahistoria de la compañía, y menos aún cómo sucedieron las conversaciones entre los jóvenes que sustentan la trama. La posición de Zuckerberg y de su compañía, la sabemos a través de una aparición que hizo el joven millonario en el Show de Oprah Winfrey. Zuckerberg insiste en que se trata de una ficción y de que todo fue mucho más aburrido de lo que la película proyecta.

Pero por mucho que nos documentemos, nunca llegaremos a saber si Zuckerberg es o no el genio obsesivo compulsivo que retrata la película, ese nuevo tipo de nerd soberbio e infantil. La realidad es que Zuckerberg, ha cambiado el mundo, haciendo que nos replanteemos  todas las convenciones sobre nuestra intimidad. Ha conseguido que 500 millones de personas subamos a internet nuestras fotos y videos, evidenciemos nuestros estados de ánimo, viajes, hábitos alimenticios, sueños, logros y anhelos; en resumen, que exhibamos en una suerte de narcisismo exacerbado, y que a la vez que atisbemos en la vida de los otros, con obsesión voyeurista, lo que somos y lo que pretendemos ser…

 

 

 

 

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